jueves, 26 de agosto de 2010

El amor en los tiempos del sexo

En la memoria de juventud quedan libros grabados, frases, palabras que te acompañan siempre. Recuerdo de una forma especial el Arte de Amar de Erich Fromm, consiguió que me formulara preguntas que antes nunca se me habían ocurrido, también leer respuestas que superaban a las ideas de un adolescente sobre el amor.Transcurridos unos treinta años, algunas ideas y conceptos del aquel libro sorprenden al pensamiento de pronto intentando completar un rompecabezas que supongo nunca terminaré.
Unos de los conceptos más interesantes que cita es el de separatidad, también la singular forma de definir el arte, el "egoisme à deux", la respuesta es el verdadero amor y lo considera un arte. Nos basaremos en estos que he mencionado para intentar seguir una introducción argumentativa, o al menos así lo espero.

Fromm describe así la separatidad:

Los seres humanos tienen "conciencia de su soledad y su separatidad (separatenss), de su desvalidez frente a las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad, todo ello hace de su existencia separada y desunida una insoportable prisión. Se volvería loco si no pudiera liberarse de su prisión y extender la mano en una u otra forma con los demás hombres, con el mundo exterior.
La vivencia de separatidad provoca angustia; es, por cierto, la fuente de toda angustia."

Abundando en el asunto: "Las orgías sexuales comunales formaban parte de muchos rituales primitivos. Participar en estos estados orgiásticos, al ser una práctica común e incluso exigida por los médicos brujos o sacerdotes, no producía angustia, sentimiento de culpa o vergüenza. En una cultura no orgiástica se trata de escapar de la separatidad a través del alcohol o las drogas, experimentando el individuo sentimientos de culpa y remordimiento. El acto sexual sin amor no elimina, salvo en forma momentánea, el abismo que separa a dos seres humanos. En esta cultura, esta forma de escapar de la separatidad provoca una cada vez mayor sensación de separación."

Cuando uno relee estas palabras no puede evitar darse cuenta de su actualidad, es precisamente a lo que dedicamos el ocio la mayoría: las drogas-incluido el alcohol- y la búsqueda de deseo-sexo. La falta de compromiso, las relaciones cortas, muchas y variopintas no solo son un disfrute-de hecho así suelen ser- se han convertido en un valor, esto último es lo verdaderamente preocupante. En mi generación era una idiotez que prácticamente asumíamos los varones, en la actualidad la estupidez se ha extendido a las mujeres. Es un insulto para todas aquellas mujeres que se dejaron la piel por dejar de estar sometidas a los varones y también un auténtico y patético retroceso ético y social para todos.

Me parece que es hora de decir sin tapujos y dejando de ser políticamente correctos que el ocio que nos propone esta sociedad es una porquería. Y que los valores por los que hay que gritar son la salud en todos los sentidos, y especialmente, la olvidadísima salud mental. Los gimnasios se llenan de músculos y culos respingones, España es el país del mundo donde más se gasta en cirugía estética. ¿Acaso somos más feos que el resto del mundo? Pero a nadie se le ocurre enseñar lo básico para vivir suficientemente bien.

Los ambulatorios y hospitales están llenos de pacientes que no pueden sentirse bien, personas mayores que reprimidas desde su infancia han destruido su salud mental, incluso creyendo o que es culpa de ellas o que son así. Todo tipo de drogas, desde los fármacos como los ansiolíticos y antidepresivos pasando por el alcohol en medidas increíbles, la maría en todas sus acepciones, la divinizada cocaína y demás sustancias que ayudan a evadirnos de la realidad, de lo mal que nos sentimos, sin ser conscientes de que poco a poco nos destruimos hasta sentirnos mucho peor en el mejor de los casos o morir si te gustan las emociones todavía más fuertes.

Lo peor del presente son la falta de valores claros y esto ocurre porque no sabemos sencillamente qué es el ser humano esencialmente. Las personas necesitamos un nido emocional sano seguro y tranquilo, y no creo que haya reglas,cada uno que se lo monte como quiera, como le funcione, pero lo necesitamos. ¿Y quién te lo dice hoy sin poner la boca pequeña o parecer un retrógrada? Ni los padres, ni los colegios, ni los políticos se atreven, requiere demasiado esfuerzo, amor propio, conocimiento y confianza. No se puede transmitir lo que no se sabe, estamos todos demasiado ocupados en la economía y en la política mediática, epicentros actuales de la vida.

Estoy sumamente cansado de relaciones superficiales o de interés puro, infinitamente cansado de observar a amigos que no somos capaces de intimar de verdad, de hablar de lo que duele, de aprender del otro, de ocultar la debilidad bajo mil personajes, de ver cuantos sentimientos se convierten en veneno, de personas que se quieren y son incapaces de entenderse, de ver como las relaciones amor-odio predominan en las familias y en las parejas, de salir a la calle y poder predecir las conversaciones, los actos sociales, las fiestas, quien va a a follar con quien, quiénes se aguantan y sin parecerlo no se soportan, de ver el miedo mental paralizando vidas, eliminando el crecimiento e incrementando el aburrimiento, la apatía y el hastío. Personas valiosas sin problemas objetivos destrozándose literalmente, huyendo de sí mismos, por no enfrentarse a ese lado oscuro que todos tenemos y armonizarlo hasta colocarlo en su lugar.

La sorpresa es como el hedonismo impera sin duda en una sociedad que no entiende el fracaso, ni la debilidad, ni el miedo, ni las crisis, ni la imperfección de amigos, amantes, maridos, mujeres, madres, padres, hermanos, tíos y primos..., ni la singularidad, ni la importancia de la salud mental, ni el esfuerzo, ni el compromiso, ni la depresión, ni la ansiedad, ni la enfermedad, ni el tener, ni la envidia, ni los condicionamientos, ni la justicia, ni la desigualdad, ni las tetas o los penes pequeños, ni la belleza, ni el arte, ni... lo importante.

Estoy seguro de que el día en el que la mayoría de los seres humanos seamos capaces de saber, desde la experiencia interna, qué y quienes somos, comenzará una nueva era en la que el amor propio será el eje de la vida pese a todo y como consecuencia encontraremos un camino de encuentros que no es otro que el del amor, donde todo cabe, porque abre los ojos a una perspectiva completamente humana. El amor no es más ni menos que respeto, consideración y ganas de sentir la vida en todo su contenido con los demás.

Ayer fue la Tomatina y más de 38.000 personas pasaron una hora de alegría, dolor, frío, calor, emoción, miedo, placer, risas, cansancio... semejantes, pero cada uno distinto, incluso algunos imbéciles rompiendo y arrojando camisetas, como la vida misma. Unidos por un motivo: el ritual y la potencial novedad de la Fiesta. Hoy queda la experiencia y la resaca, veamos mañana.

lunes, 2 de agosto de 2010

Comenzamos... Sorpresas


Sorpresas

Como decía la canción: “ La vida te da sorpresas, soooorpresas te da la vida...” ¿Qué sería de la vida sin sorpresas?

(Sorpresa: “Acción y efecto de sorprender”. Sorprender(

De sor-, y prender): 1. tr. Coger desprevenido. 2. tr. Conmover, suspender o maravillar con algo imprevisto, raro o incomprensible. 3. tr. Descubrir lo que alguien ocultaba o disimulaba).

Como dice un buen amigo mío: “ Hay otras vidas... pero ya no son vida”. No se me ocurre mejor respuesta. La vida sin sorpresas, sin conmover, sin cogerte desprevenido, sin suspender, sin maravillar, sin imprevistos, sin rarezas, sin algo incomprensible, sin secretos, sin disimulos... no alcanza, no se me ocurre, no se sostiene, no se percibe. Así lo creo.

Nada hay más grato e ingrato, ni más arrollador, ni más motivador, ni más sugerente, ni más vertiginoso, ni más creativo, ni más imaginativo, ni mayor prueba que la sorpresa.

Por ello me propongo, para esta nueva etapa que comienza con estas palabras y que espero se publiquen de nuevo en Tu Comarca.com, buscar sorpresas, bueno... buscarlas y encontrarlas, para después de encontrarlas y percibirlas, tratar de ofrecérselas a ustedes, queridos lectores, si los hay, con el convencimiento y el objetivo de conseguir encontrarnos de nuevo en un espacio común, semejante a la vez que diferente. Seguramente esas pequeñas sorpresas que pasan ante nuestros sentidos en el día a día, a veces sin darnos cuenta, son pequeños tesoros que podemos compartir. Por ello comenzamos con el día, con un amanecer y una farola que abre un hueco de luz en una época de cielos negros, o al menos así lo predican los que creen conocer los problemas de las personas. Creo que es un buen comienzo, después del descanso y la oscuridad de la noche, las primeras luces, rojas, azules, blancas y negras(mucho o todo... son los tonos de la vida misma) en el día de primavera en que se captó la instantánea, el seis de Junio del presente año. Eran la seis horas, treinta y tres minutos y cinco segundos.

Sorprende la arena roja y la sombra, la línea blanca entre el asfalto y la playa; nada es como debiera, el mar gris, la orilla negra y el horizonte lleno de nubes obscuras y luces vivas.

Solo queda una mirada más antes de cerrar los ojos y dejar que el cuerpo descanse con los ojos llenos, impregnados de pura belleza. Una cama cómoda e infinita espera al cuerpo cansado, una habitación desconocida de un edificio nuevo, como las sensaciones de ayer, distintas siempre a las de hoy, por lo tanto, siempre diferentes. Futuro, futuro... y alguien dijo: "la vejez y la muerte, eso es el futuro". No era muy optimista.

Cada noche es distinta, cada día, cada mañana, cada tarde, cada hora, cada minuto... supongo que también cada segundo, pero no me doy cuenta. Para que las sorpresas ocurran nos tenemos que dar cuenta, de lo contrario pasan desapercibidas porque los sentidos vagan y vaguean dispersos en un mar de pensamientos desordenados. Aprender a vivir es aprender a pensar y a sentir el presente, el ahora, dejando que los sentidos dejen salir a las emociones y las emociones quizá al deseo y el deseo a las pasiones o todo al revés, no lo tengo muy claro. Se necesita una combinación exquisita, sutil y proporcionada de realidad y fantasía para probar aunque sea por un instante el elixir del bienestar, la sensación de estar vivo. La sorpresa contiene todo lo necesario, por eso decido dedicar parte de un tiempo valioso-el ocio- a buscarlas.

Caminar mirando adentro y afuera extrañados, como si fuese la primera vez de un todo nuevo, así creo que funciona la emoción que contiene la sorpresa.

En el día a día, en el malestar y en el bienestar, en las dificultades y en las facultades, en la condición y en la libertad, es una línea invisible-de hecho no existe salvo en nuestra imaginación- que es la piel de un todo que no vemos. Demasiados excesos confunden la realidad, demasiadas marcas que filtran el sosiego hacia la angustia.

En tiempos oscuros solamente la luz de la sorpresa puede encender tanto el cielo como una bombilla.

Espero ser capaz de encontrar y compartir sorpresas.