miércoles, 23 de julio de 2014

No lo entiendo


Tengo la impresión de que pocos políticos locales se dan cuenta de que el sistema de funcionamiento de los ayuntamientos es el que marca la filosofía política y sus consecuencias. El sistema es sumamente malo, de hecho casi todos lo poderes, condicionados por los técnicos, están en manos de los alcaldes que delegan o no lo que creen oportuno. La democracia representativa está incluso a merced de mayorías que normalmente no respetan a las minorías. Se olvidan de que también deben gobernar para ellos y por qué no con ellos. La torpe ley de régimen local puede ser corregida, mejorada y puesta en marcha con voluntad política. No se entiende que en un ente local no haya un sistema que inequívocamente se nutra de la participación de los ciudadanos, no se entiende que las concejalías están en manos de las ideas de una sola persona o tendencia política cuando la riqueza  provendría de formar equipos plurales en los que la creatividad, el aporte de ideas y el conocimiento fueran el motor de crecimiento  y progreso. No se entiende... porque todos serían ventajas, dinamizar lo social genera ilusión, el concejal de turno se sentiría más y mejor apoyado como coordinador y responsable, el conocimiento de cada persona sería aportado al grupo por lo que se multiplicaría en progresión geométrica… y así podría seguir hasta llenar este periódico. Parece increíble que en el año 2014 hayamos retrocedido, pues en las dos primeras legislaturas democráticas y parte de la tercera sí se hacía, pero de verdad. Pero lo más curioso es que era el mismo alcalde que tenemos actualmente con el que se hicieron todas estas cosas. No me las invento, las viví en primera persona, junto con muchos compañeros de diferentes partidos, asociaciones o individuos y de allí surgieron grandes amistades no lo contrario. El ayuntamiento era el mayor centro de iniciativas y los cauces de participación estaban, sin ser perfectos, bastante claros. No entiendo qué ha pasado, bueno sí lo entiendo, pero sería largo de explicar y probablemente controvertido por lo que lo dejaré para otro momento.

Lo más alucinante es que ninguna de las fuerzas políticas que nos representan en el consistorio reclaman la participación ciudadana como algo fundamental, necesario, y ahora más que nunca dadas las duras circunstancias y la falta de una economía sana. En los plenos te quedas perplejo escuchando riñas,  dimes y diretes y otras perlas, sin que haya debate alguno de fondo. Y desde luego temas hay y muy importantes. No entiendo como no existen medios de comunicación públicos, plurales y claros construidos desde el ayuntamiento para que todos estemos bien informados de lo que se está haciendo en cualquiera de las concejalías, ni siquiera hay una buena información y publicidad de los actos que se celebran en el municipio. Te encuentras con estupendos espectáculos con 20 personas y luego preguntas a la gente y muchos ni se habían enterado. Es casi incomprensible que no exista algo parecido a lo que fue Voces de Buñol aunque en la actualidad fuese en formato electrónico y solo se haga alguna publicación o BIM que no responden ni contienen ningún nivel crítico, solo auto-alavanzas y obras. Todavía es más alucinante que las redes sociales no se usen bien, ni que no haya una sola web que responda, informe y exprese todo nuestro potencial social, cultural, musical, patrimonial, natural…. ¿A nadie se le ha ocurrido que es hoy en día, por el auge de internet, nuestro escaparate al mundo? Nos encontramos con varias webs inconexas y de una calidad penosa y sin coordinación alguna. Y nadie dice nada, no lo entiendo.
No soy contrario a casi nada, excepto a la violencia, al pisoteo de los derechos humanos, a los radicalismos y a los excesos, me congratulo de ser amigo de algunos de nuestros representantes en el ayuntamiento. Pero parece que desde hace mucho o estás conmigo o estás contra mi(y es una malísima y destructiva actitud). Existe con toda claridad una falta de participación, pluralidad y auto-crítica . Decirlo hace hasta que te sientas culpable e incluso in extremis te puede hacer perder alguna amistad o sentir una cierta exclusión de grupos, esto es de una inmadurez enorme cuando no de una visión de la política dogmática y poco democrática. Hay que aprender a diferenciar bien entre lo público y lo privado. Podemos ser grandes amigos, incluso familiares en lo privado y discrepar con respeto en lo público sin que remueva ni un ápice el valor individual o de cualquier tipo de relación. Estar equivocados o caer en hábitos y costumbres que no representan la mejor manera de funcionar en lo público(incluso en lo privado) no es un pecado, es un error, a todos nos puede pasar. Y está pasando y desde hace muchos años sin que se corrija nada, a nadie ineteresa, no lo entiendo. Creo que deberíamos ir pensando en como hacer cambios de fondo, promover e implantar cauces de participación moviendo la sangre de lo social, el tejido asociativo(bandas de música, deportes, etc…) nos ha demostrado que la unión y la participación de las personas con un fin común sano da muy buenos resultados. No lo entiendo, es tan obvio. Llevamos demasiados años pintando y arreglando el tejado sin darnos cuenta de que los cimientos son de barro.


miércoles, 9 de julio de 2014

Podemos superar el silencio


En esta tarde de verano entre nubes me viene a la cabeza aquello  que nos enseñaban en el antiguo catecismo: El pecado por acción o por omisión, actualizados y deshilados en el tiempo. En la leyes estos conceptos también existen curiosamente. En cualquier aspecto de la vida creo que tendemos a creer que es mucho peor la acción que la omisión. Yo no lo creo.
La cabeza no actúa aleatoriamente, todo ello surge desde la reflexión, las preguntas están y la mente de una forma u otra va buscando respuestas que pueden aparecer de maneras muy espontáneas, éste no es el caso, ya me gustaría tener buenas respuestas para las grandes preguntas. Aún así hay que intentarlo por aquello de intentar crecer, que con sinceridad sigo sin saber si en realidad y de verdad nos ocurre a los seres humanos más allá de lo físico y gaseoso.
En todos lo tratados filosóficos y psicológicos a los que he tenido acceso se está de acuerdo  en que los seres humanos tenemos necesidad real unos de otros, más aún no podríamos existir sin la dimensión social. Desde la familia, pasando por los pueblos y hasta las formas de organizarnos en instituciones nacionales e internacionales son esenciales para el desarrollo de la vida. Lo que me gustaría remarcar es que no se trata de una elección o una cuestión contingente sino de una absoluta necesidad. De aquí la importancia de las estructuras y sistemas de organización social, gobernarnos tanto individual como colectivamente es imprescindible, intrínseco al concepto humano. El ser humano es un animal político desde un punto de vista vital. No sé si somos muy conscientes de esta realidad y de sus consecuencias.
Y volvemos aquí a retomar la primera idea sobre la acción y la omisión. Podemos omitir la acción de participar en lo social y podemos hasta intentar salirnos de una sociedad que a  muchos seguramente no nos gusta. Podemos incluso ensimismarnos, auto-marginarnos, evadirnos o simplemente pasar del tema e intentar hacer nuestras vidas individualmente. Da igual lo que hagamos, si no estamos nosotros ocupados otros se ocuparan de gobernarnos a todos. Y esto, por un motivo u por otro, es lo que ha ocurrido en toda nuestra historia: Nos han gobernado otros  y siempre oligarquías, incluso en la democracia representativa, considerada hasta hoy para la mayoría el sistema de estado más justo.
La crisis económica y la corrupción política-en gran parte fruto del bipartidismo- han hecho temblar a la democracia representativa, tenemos la sensación de que nos han engañado y que nuestros políticos no han cumplido con el mandato de nuestro voto. A los hechos me remito. Se sabe que en una situación límite como la que estamos pasando no hay nadie que haya dado una respuesta firme a lo problemas básicos de las personas, cuestiones indignas como los desahucios, el paro, la pobreza, los recortes en sanidad y educación, el trato a los  inmigrantes…. y algo de lo que se habla poco, la destrucción de gran parte de un tejido tan importante como el de los comerciantes, autónomos y pequeñas empresas que se han visto abocadas a la quiebra empresarial y como no le pasa a los grandes, a la quiebra personal.
El 15 M, la PAH surgieron como movimiento ciudadano como respuesta a la falta de gobiernos(autonómicos, nacionales e internacionales-Europa-) que fueran sensibles a una realidad que ha llevado a personas incluso hasta la muerte. Y han sido ellos- también otros en menor impacto- los que han removido conciencias, los que nos han abierto los ojos ante tales despropósitos, rescatar a los bancos antes que a las personas. Pensar en la macroeconomía perdiendo de vista la microeconomía, en ella se destroza la dignidad de las personas.
Tengo la impresión de que vivimos el principio de un gran cambio: El paso de la democracia representativa a la democracia participativa, esta última representa una gran apuesta por el futuro y sobre todo y más importante para que los gobiernos estén obligados a cumplir el mandato de los ciudadanos que no puede ser otro que el cumplimiento de los derechos humanos y de la constitución, en el que el bienestar de las personas sea la prioridad y no el mercado. Los gobiernos tiene que legislar para que el capital no destroce el bienestar de los ciudadanos.
La pregunta que me persigue es si estamos preparados-son tantas nuestras miserias- para participar activamente en política, comprometidos con la sociedad en la que vivimos siendo protagonistas del día a día de la política, tan prostituida pero tan necesaria. Espero que podamos superar el silencio-la cantidad de gente que no vota si quiera es mucha-, ese silencio que sin darnos cuenta se cobra un precio enorme y horrible.
Es hora de saber si podemos superar el silencio. Hace poco ha surgido  una respuesta política y dicen: Claro que podemos. Así lo espero.