martes, 26 de agosto de 2014

Aquí hay tomate


Últimamente cuando leo la prensa y veo a nuestra fiesta convertida en una contienda política me entristezco. Mi memoria que no es gran cosa no pretende dar lecciones a nadie pero sí quizá refrescar algunos de los sentimientos y emociones que afloraban cuando éramos niños, y no tanto, las ganas y la alegría a poco de llegar el día de la única batalla en la que la sonrisa, la ilusión y el disfrute eran los únicos motivos que a los buñoleros nos movían a acudir a tirarnos tomates unos a otros. Volver la mirada hacia atrás de mes en cuando es muy sano, probablemente nos aportará distintas perspectivas reales para ayudarnos a entender la evolución de nuestra fiesta más internacional, de esa que nos enorgullecemos casi todos cuando sale en multitud de televisiones y de publicaciones. De esa que atrae a miles de personas a nuestro pueblo el último miércoles de Agosto de cada año.
Dá que pensar la verdad, y surgen algunas preguntas: ¿Ha sido bueno que haya crecido y crecido sin parar hasta tener que acotarla y poner entrada, qué beneficios nos ha traído que esto haya ocurrido?
No creo que haya sido una mala idea acotar y poner entradas, de hecho me parece com matices una idea valiente, al menos se supone que ahora no nos cuesta, incluso si estoy bien informado ganamos dinero. Aún así siempre hay que estar intentando mejorar. Unos dicen que es muy importante que nos conozcan en todo el mundo y que vengan muchas personas y de tantos países ese día a Buñol y puede que tengan razón, pero también a Paris Hilton la conocen en todo el mundo y a mi me parece un atobón del cuatro, eso sí tonta no es, le saca mucho dinero a su popularidad y extravagancia, de la cosas más tontas y de la superficialidad vive mucha gente.
Lo que no tengo tan claro es si nosotros estamos dando a conocer el Buñol de verdad con un reclamo tan mediático como la Tomatina, tengo yo la intuición de que Buñol tiene muchas cosas que enseñar al mundo y que las mejores se conocen poco ó nada y no se invierte en ellas. No sé si estamos promoviendo en vez de un turismo de calidad el turismo del aborregamiento, a este año le sumamos con un nombre muy comercial y anglosajón la Tomatina Sound Festival el 26 y 27 de Agosto, tampoco tengo muy claro cuál es el propósito de este evento(los patrocinadores en el cartel son 9, entre ellos Buinsa, Buñol Comercial y el Ayuntamiento de Buñol… los otros 4 son bebidas, tres de ellas alcohólicas), supongo pues que con las actuaciones se pretenden alargar el gasto en cubatas y la estancia un día más y sumar el dinero que eso proporcionará, tampoco sé a quién, supongo que a todos los comercios de ocio de Buñol o al menos así lo espero. No es que se haya explicado por el Ayuntamiento muy bien o nada o igual no me he enterado yo, que a veces nos quejamos y lo que pasa es que somos un poco cortos o no nos preocupamos por saber.
En todo caso defrauda, al menos un poco, que en Buñol solo seamos capaces de ofrecer y atraer turismo de botella y fiesta a lo Benicasim o Benidorm pero sin playa. Que conste que soy el primero al que le gusta divertirse, pero hay maneras y maneras. Y ésta…vamos que no me gusta que nos represente unívocamente. Preferiría eventos con mayor calado cultural y social: Exposiciones, Conciertos Blues o Jazz…, Rutas por el agua, Eventos en el Castillo creativos, en la Cueva Turche…seguir con la Tomatina gastronómica mejorándola, etc, todos ellos dirigidos a  otro tipo de turismo y a todos nosotros.
Soy consiente de lo difícil que es y más en un época en la que le dinero no sobra promover este otro tipo de eventos pero también sé que si no innovamos y creamos nada cambiará. Habría que hacer un cierto esfuerzo para que todos pongamos nuestro granito de arena, al menos abrir un debate ciudadano para recoger el sentir de las personas y quizá posibles buenas ideas que pudiéramos entre todos aportar. Quizá se echa de menos que nos pidan opinión.
Esta última legislatura, y ya van varias, se podría definir como la del conflicto continuo. La capacidad de diálogo, de pacto y acuerdo son nulas, absolutamente inexistentes, las riñas político-emocionales son el pan de cada día y ha llegado últimamente a extremos judiciales afectando incluso a nuestra archiconocida Tomatina. Así construir se hace muy difícil, casi imposible me atrevería a afirmar. Y en estos últimos años Buñol ha necesitado de acuerdos no de constantes e infructuosas confrontaciones en el Ayuntamiento. No me cansaré de repetir que en el ámbito local (y en los demás también) tratar de buscar acuerdos en lo fundamental debería ser una responsabilidad ineludible tanto para el gobierno como para la oposición porque de otra manera no se puede construir nada sano.
Es triste para un buñolero de a pié ver un espectáculo continuo y  tan desagradable en los plenos y en los medios de comunicación.

Habría que reflexionar y cambiar el rumbo sin duda, el actual no nos lleva a ninguna parte.