miércoles, 19 de octubre de 2011

Perder



Hace algunos años leí una artículo de Fernando Sabater cuyo título si no era igual se asemejaba bastante al de estas palabras. Salvando las obvias distancias me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca de las pérdidas con las que tenemos que enfrentarnos a lo largo de nuestras vidas-que son muchas-, desde los primeros objetos infantiles, las fantasías omnipotentes de la niñez, los primeros y últimos amores, la inocencia y tantos otras emociones que irán cambiando desde lo que desaparece y aparece y volvemos a perder o no, en la confrontación del mundo interno con el mundo que otros construyeron para que nosotros lo vivamos. Todo un enorme, complejo y pesado sistema social, cultural y económico que se convierte en la circunstancia que se une a nuestro yo como la mano a una marioneta.
La identidad se construye desde la relación con la madre en la gestación, pasando por los primeros peluches que desaparecerán en nuestra memoria, la ropa, los amigos, los maestros, los juguetes, los padres, los dibujos, los hermanos, las canciones, los abuelos, la comida, los tíos, tías y primos, el clima...la población o ciudad, la lengua y el lenguaje... Todo un cúmulo de factores que evidentemente alimentan y en su interacción van construyendo todo nuestro mundo interior.
A lo largo de nuestra vida no paramos de perder, la mayoría de objetos desaparecerán, también personas de nuestro entorno, incluso familiares o amigos claves en nuestro mundo emocional. Algunas de esas pérdidas ocurren sin darnos cuenta, otras dejarán heridas que se colocarán y cicatrizarán con el tiempo, pero todas ellas permanecerán imborrables en lo más hondo de nosotros mismos. Cada una de ellas, hasta las aparentemente más nimias, habrán influido en lo que somos de una forma u otra y las colocaremos o se colocarán por sí solas en algún lugar de la gran tela de araña que es la mente. Todo estará ahí y cada una de ellas, por partes, o todas a la vez actuarán como filtros que condicionarán, y hasta en algunos casos determinarán, las emociones, los comportamientos, las decisiones e incluso nuestras enfermedades.
La palabra perder tiene connotaciones negativas, seguramente porque el dolor o el sufrimiento es o se hace parte de ella, a nadie le gusta sentirse mal, ni fracasar, ni vivir en crisis, ni sentir el vacío y la impotencia que se siente cuando se pierde a un ser querido, ni afectarse por lo social, ni sentir injusticias... ni un largo etcétera.
Nos educan para ganar, para el éxito, para la belleza modélica, para las sensaciones placenteras, para todo aquello que el hedonismo predominante y el consumo idealizan, así nuestros deseos no son del todo o nada nuestros sino los que los convencionalismos o los intereses nos hacen ver que debemos desear, sencillamente porque formamos parte de la tribu, nadie o muy pocos se quiere convertir en ovejas negras o descarriadas. El sistema educativo, social y económico nos empuja con muchísima fuerza hacia una forma plana de entender la vida: Todo aquello que no es aparentemente ganar o aparentemente placer es una mancha negra en nuestras vidas. Nada más lejos de la realidad.
Son precisamente los contrarios los que sirven como aliciente, los que nos hacen conscientes de lo que tiene valor, los que nos confronta con nuestros propios engaños y nos hace crecer, sin ellos la realidad sería a medias, de hecho no sería. ¿Cómo valorar lo que tenemos si siempre lo hemos tenido, si nada nos costó conseguirlo? ¿Cuánto querríamos la normalidad e incluso el aburrimiento y la rutina cuando una enfermedad dolorosa nos acecha? ¿Cómo valorar el amor sano cuando solo se ha experimentado el odio, la ira o la ambigüedad del amor-odio?
Perder es sano, y fracasar y no ser un modelo y los defectos y los errores y el dolor y el sufrimiento y el miedo y la inseguridad y la incertidumbre y la ambigüedad y la depresión y la ansiedad y la tristeza y la falta y el vacío... si no se convierten en crónicos o en excesos y son parte de un proceso.
Es precisamente, a mi entender, la oposición, la negación y la no aceptación lo verdaderamente insano. Cuando aprendemos a ver la vida tal y como es, ser conscientes, darnos cuenta, conocernos y conocerla, aceptarla e inferir y modificarla dentro de nuestros límites la perspectiva humana se amplía, el ojo mira y ve sin demasiados filtros que deforman. Todo cambia a mejor, la verdadera experiencia y el autoconocimiento son seguramente el camino, entre otras cosas porque no solo mejoramos cada uno individualmente sino porque somos capaces de ver a los demás desde las mismas o semejantes debilidades, la comparativa pasa de ser pura competitividad, crítica o juicio a una auténtica comprensión de lo más humano, de lo esencial, de aquello por lo que de verdad vale la pena vivir.

lunes, 3 de octubre de 2011

La lluvia y la melancolía


Hoy llueve, las gotas rebotan en los charcos como pequeñas luciérnagas revoloteando. Se escuchan las fuentes seguidas y un sonido intermitente nos recuerda que todo está vivo. Nos escondemos del agua transparente. Quizá también de la claridad de la lluvia en la noche oscura. Tenemos miedo de mojarnos, de la piel que aguarda un contacto imprevisto, de los colores de la noche mojada y de encontrar una emoción perdida.
Es difícil encontrarse con los sentidos entre tanto sinsentido y recobrar el aire que renueva los adentros cuando casi todo parece ocupado en milongas vespertinas, en prisas que no se entienden, en dolor amortiguado, en causas sin techo, en palabras vacías y en imágenes que aparecen y desaparecen inmediatas sin conseguir que un solo hilo recorra el silencio, el nuestro.
Cuando no hay nada que decir, cuando uno se deja percibir, llega a uno de los pocos caminos disfrutables. Cuando el silencio es cómodo y sosegado, cuando nada y todo es necesario, cuando cada nota se escucha sin estridencias, sin peros ni ovaciones, cuando la noche, la luz, los colores, la soledad... conforman una orquesta entre los párpados cerrados y uno se sienta tranquilo dejándose ser parte de una noche cualquiera, de un día cualquiera, de una lluvia cualquiera, de un lugar cualquiera perdido entre tantos. Un mar de excesos que rinde cuentas imposibles a nuestros cuerpos cansados de tanta indolencia.

Cuando nos dejamos ser y nada perturba nuestros sentidos nos encontramos entre tantos que fuimos, cada día y cada noche, con el rostro y el cuerpo limpios de todo aquello que hace sangrar a cada uno sus heridas.
Es el Otoño que vuelve con gotas y sonidos de tormenta. Quizá todo vuelve y se va, resbalando en la melancolía hasta convertirse en un río de experiencias que desembocarán en aquel mar de excesos que nos pide cuentas. Sin saber que nada suena adentro si no hay un hueco que lo haga retumbar.
Las manos están calientes, intensas, buscando en la tierra lágrimas de agua escondidas, sin saber que esas gotas hondas germinarán en primavera, traerán flores y frutos pero antes todo quedará frío, gélido como la nieve, quieto como el hielo.
No somos iguales. La identidad se funde en un hilo maleable que nos mueve sin quererlo. Verano, otoño, invierno y primavera, cada una mueve los hilos y a cada uno de distinta manera. Semejanzas sí, pero nada es igual para todos.
Somos como marionetas movidas por las fuerzas naturales, también por fuerzas invisibles que algunos creen que somos nosotros mismos y otros el mismo Dios.
Cae una gota en la mejilla izquierda, el primer contacto es frío y excitante, resbala acomodándose a la piel que nos une al mundo de los sentidos, en segundos caen mas y cada una repite sensaciones e incluso trayectos. Comienzan a caer hojas a la tierra y todo acaba mojado. Seguramente un movimiento ajustado a la costumbre que no disiente de otro cualquiera, igual o más hermoso. Son tantos los que se quedan ocultos y pasan sin darnos cuenta, sin vivirlos.
Echo de menos casi todas las fragancias, ocultas en artificios, aparatos ruidosos y olores construidos, culturales como la superficialidad, el tener y la desidia... Me gustaba oler el agua al contacto con la tierra o la tierra al contacto del agua, las hojas de marialuisa, el arroz ayuno, los sobacos de mi abuelo, su gorra, sus pañuelos. Los abrazos con los amigos jugando, el olor a puro desde la puerta de mi casa hasta la cocina. El musgo en una roca resbaladiza, el tomate y el limón al abrirlos...  y quizá los sueños... ya no huelen a nada, o lo parece al mirar las plazas vacías, los lugares de encuentro vacíos, y los rincones llenos de olores muertos.
El otoño y la melancolía, monomanía que "hace que no encuentre quien la padece ni gusto ni diversión". ¡Cuánto miente el diccionario, no ha de haber gusto y placer en el regodeo triste de la melancolía! Diez mil momentos conozco y otros diez mil por cada persona íntima y amiga. Sí, nos hemos regocijado muchas veces en esa "vaga, profunda y sosegada tristeza" suavemente dominante y quizá tan estimulante como la sonrisa y la carcajada de un niño. Quizá a ese infante que todos tenemos dentro y que nunca nos dejó o a nuestros sobrinos, hijos, nietos o nada... solamente queridos. Lo repetiré un millón de veces " la sonrisa... la expresión del ser que se alegra de ser".
Llueve suave y me alegro. Caen la hojas y me alegro. Llega la melancolía y me alegro.
¿Acaso hay alguna ley natural o escrita que nos diga de qué debemos alegrarnos?

martes, 13 de septiembre de 2011

Corazones Cuadrados





Septiembre y el tiempo. Pasó el verano y pronto llegará el otoño. Parece que vivimos entre dos aguas y constantemente en movimiento. Desde lo hecho pasando por lo que hay que hacer día a día hasta la incertidumbre del futuro. Quizá usando herramientas propias que se entremezclan dando lugar a verdaderos galimatías emocionales:  La memoria, la consciencia, las emociones y la razón. Y los contrarios que aparecen siempre como sombras y cada una tiene su leyenda aunque en el fondo no sean más que el reflejo de nosotros mismos.
Siempre me pareció curioso con que rapidez pueden los niños pasar de la risa al llanto y como los no tan niños pasamos de querernos a no querernos en cuestión de horas. Como siempre tendí a sentar cátedra le puse nombre: La teoría de la Veleta, cualquier vientecillo suave que roce el eje(lo fundamental) cambia de inmediato nuestra dirección e incluso nuestro rumbo. La primera vez que experimenté en mi persona la teoría me indigné tanto que me odié y odié a todos los seres humanos en un milisegundo. Todavía no había vivido otras, ni había leído y vivido estas palabras escritas por Rosa Montero: “Nuestra identidad, esta cosa tan frágil, no es más que una construcción, un producto de nuestra voluntad en la cual perseveramos cada día. Somos como un castillo de naipes y cualquier viento fuerte nos puede desbaratar: la muerte de un hijo, la pérdida del trabajo, una enfermedad, el simple miedo a ser, a morir, a envejecer.”
Añadiría muchas cosas, el desamor por ejemplo... y quizá haya vientos que son brisas y hacen más daño que un huracán. La intensidad de cada viento se siente en las tripas. Y ellas son las únicas que pueden calibrar la fuerza de cada viento. Me viene a la cabeza una frase que leí alguna vez en algún lugar y escrita por alguna persona que ahora mismo no recuerdo, ni quizá mañana: “No juzgues a nadie sin conocer su infierno”. Supongo que dicho de otra forma sería no interpretes la fuerza del viento en otro, ni siquiera imaginas cuánto arrastró u arrasó. Ni nosotros mismos, muchas veces, somos capaces de calibrar el alcance que tuvo en nuestro interior. Los deseos y la emociones mueven ficha mientras la razón intenta ordenar un tsunami. Difícil, no imposible, pero muy difícil.
Movimientos lineales o paralelos, siempre repitiendo lo mismo u parecido, movimientos circulares, dándole vueltas y más vueltas para llegar al mismo sitio. Quizá lo más difícil no sea encontrar las respuestas acertadas sino hacerse bien las preguntas. Por eso, la razón llena de sentimientos, emociones, deseos y contradicciones necesita tiempo y ayuda para entender y ordenar, lo bueno o lo peor-no lo tengo muy claro-es que a veces una vida no da para tanto. Y eso duele, duele de dolor, de intenso y absurdo dolor, buscando y sin encontrar sentido.
¿Quién no se ha roto un tacón para bailar una música que consiga hacer mover alegremente a un corazón cuadrado que no es más que un corazón partido, quizá roto?
Los corazones cuadrados se esculpen desde la razón pero no por ella, sino por el miedo, quizá el pánico. Me viene a la cabeza el título de un libro, “El tiempo, ese gran escultor”, me quedo conforme creyendo que el mayor escultor del mundo es el miedo en exceso sin quitar ningún mérito al tiempo, faltaría más.
En el amor y en la guerra no vale todo(no sé de donde me han venido estas palabras pero me suenan). Ni existen reglas sobre lo sentido y menos aún en el mundo emocional que además tiene su epicentro en lo más hondo del inconsciente.
El corazón se cuadra a base de golpes, fuertes golpes que conforman un carácter y en muchos casos determinan una actitud y mayoritariamente sin darnos cuenta.
El miedo natural es sano, nos protege. Si no tuviésemos miedo a quemarnos meteríamos la mano en el fuego, si no tuviéramos miedo al dolor saltaríamos desde lugares de alto riesgo, si no tuviésemos miedo a la muerte no tendríamos capacidad para valorar la vida. Pero si el miedo se apodera de nuestra vida, nos paraliza, nos determina, nos envilece... y trastorna la realidad haciéndola irrespirable, el día a día se hace insoportable y nos instalamos en la crisis como parece que se estila ahora. Me pregunto por qué.
Tenemos miedo, pero no lo neguemos y mirémoslo de frente. Ante unos ojos ávidos de vida, corre asustado... exactamente hacia su lugar.

lunes, 29 de agosto de 2011

Dormido o durmiendo


En estas fechas muchos estamos de vacaciones. Bueno, quizá no tantos si ampliamos miras y perspectivas... Estoy escuchando la música de fondo de los chiringuitos, la calle que grita como las personas, veo las luces de colores que invitan a la alegría o se asocian a ella. Recuerdo los locales de Pascua que los decorábamos con lusesicas tenues quizá para invitar al encuentro de los cuerpos tan hormonados. Quizá una realidad virtual que se ajusta a una imagen preconcebida de la diversión. Todo en lo humano contiene una gran dosis de fantasía. Y menos mal, porque sin ella estaríamos acabados.
Lo que hecho de menos es la imaginación, la innovación y la creatividad. Parece ser  que las tradiciones marcan nuestros ritmos, marcan nuestra seguridad y quizá de algún modo que comprendo pero no comparto nuestra identidad. Las fiestas se pueden cambiar, es más se deben cambiar, a mejor claro, porque el ingrediente esencial para la diversión y la alegría es la sorpresa. Hace ya muchos años que nadie nos sorprende salvo en contadas ocasiones, seguramente porque no deberíamos dejar que los demás construyan nuestras vidas y menos aún nuestra diversión. Son demasiado importantes.
Escuchaba hace unos días a los que quieren dormir y no les dejan y a los que quieren ir de fiesta y no les dejan no dormir. Curioso al menos. Parece que es privilegio de lo más jóvenes no dormir y hacerlo de día disfrutando la noche y de los más mayores no dormir ni disfrutar la noche... Y no tengo claro si pueden o quieren dormir por el día.
Siempre que me encuentro ante estas tesituras recuerdo la historia de Salomón. Cómo ser justo con los intereses y derechos de todos. Y claro, partir al niño por la mitad parece que nunca se ha considerado la mejor decisión. La pregunta del millón es si esto tiene solución o parece que con las tradiciones tenemos que mantener vivas también las polémicas y la competitividad. Resulta evidente que esto último es un mal endémico del cual no sabemos escapar o al menos ningún responsable político se atreve a asegurar la diversión de los más jóvenes y el descanso de lo más mayores. Los del medio nos apañamos bien de momento porque todavía vivimos entre dos aguas, entre el mar y el río que nos arrastra inevitablemente a la apatía asignada a los mayores. Nunca he estado de acuerdo, aún entendiendo las limitaciones físicas y de responsabilidades propias de la edad. ¿Por qué las personas de medianas a mayores no construyen sus propias franjas de ocio? ¿Y cuando lo hacen son montajes auténticamente horteras?
Cabe preguntarse si reflexionar acerca del ocio tiene sentido o sí lo importante es dormir fenomenal como en el anuncio, seguramente también por qué la fiesta y la diversión se asocia a las drogas(alcohol principalmente, coca, pastillas y porros) y a acostarse cada vez más tarde y más pasado de vueltas. De hecho lo genial es acostarse de día y al día siguiente comentar lo estupendos que somos reventando nuestros cuerpos. Así en frío suena de inmediato a una grado de estupidez enorme pero si tantas generaciones llevamos haciéndolo digo yo que algún sentido tendrá.
Me pregunto si cuando dormimos estamos durmiendo y si cuando estamos despiertos estamos dormidos. Intuyo que sí.
La evasión y el ser humano van de la mano desde el tiempo de los tiempos, desde siempre vamos juntos. Millones de leyes se han creado en el mundo para regular las partes más auto-destructivas de las personas y ninguna a conseguido eliminar aquello que Freud llamó pulsión muerte en oposición a la pulsión vida, es decir la tendencia que tenemos a todo aquello que huye del espíritu de conservación tan claro en los animales, es decir, todo aquello que no es bueno para nosotros y aún sabiéndolo o no lo hacemos pese a que nos duele o es insano.
Son las dos y diecisiete de la madrugada y siguen sonando la música y las calles, también siguen encendidas la luces de colores. Mientras tanto, aunque no parezca y todo esté maquillado, hay dolor por todas partes, especialmente en todas aquellas personas que la salud les está jugando una malísima pasada. Pienso en ellos, incluso los miro y me doy cuenta de que algo falla, algo nos hemos perdido entre tanta mentira. Seguramente "sufrir también es vivir" como dijo el poeta.
Llevo muchos años intentando entender la diferencia de significados entre dormido y durmiendo, sobre todo desde que me informaron de la anécdota de Cela. Después surgió la de jodido o jodiendo, esa parecía más obvia. Quizá llegamos al final entendiéndonos unos a otros. Probablemente todo se trate de esto de estar jodido o jodiendo. Tengo la impresión de que hay mas gente jodida que jodiendo, seguramente por eso responder al por qué unos quieren dormir de día y otros descansar de noche tenga una respuesta sencilla que no podemos preguntar a nosotros mismos: ¿Soy de los que está jodido o de los que están jodiendo? La respuesta no es fácil o sí....

domingo, 14 de agosto de 2011

Buñol se Vive



Vivir, acaso exista un concepto más complejo y la vez más simple. Nacer, vivir y morir.
Ortega y Gasset en un libro que recomiendo efusivamente titulado "Meditaciones sobre la Técnica" dice: El ser humano es el único animal que hace de lo contingente lo necesario. Sin duda lo necesario es todo aquello sin lo que sencillamente nos moriríamos(beber, comer...) y lo contingente a la par que necesario todo aquello que para cada uno da sentido a su vida(el arte, la técnica, la belleza, las emociones, los deseos...).
En una economía de mercado lo necesario es consumir, las necesidades y lo "contingente" hacen el resto. Se encargan de que la tendencia sea a comprar, no tendría nada de malo si verdaderamente fuésemos conscientes del precio que pagamos por ciertas tendencias absolutamente innecesarias en ambos sentidos.
Las personas necesitamos alimentar de una forma sana ambas, probablemente una de  las cuestiones más difíciles de la vida, armonizar todo ese mundo emocional que mueve los hilos casi convirtiéndonos, en muchas ocasiones, en marionetas.
Considero pues de suma importancia que en lo social y desde las instituciones se tengan en cuenta las necesidades del cuerpo y las necesidades de la mente(alma). No es sinónimo de sociedad feliz aquella que tiene más dinero sino aquella que sabe adecuar sus recursos al bienestar de las personas. En países con el mayor bienestar económico y social es justamente en el que se dan el mayor porcentaje de suicidios(Suecia, Noruega...). Seguramente porque algunas prioridades y necesidades se perdieron por el camino.
Es probable que a algunas personas lo que voy a decir les suene utópico incluso poco pragmático, pero la realidad, bajo mi punto de vista, es que dedicarse a construir una sociedad suficientemente feliz es ocuparse de que los individuos tengan todas sus necesidades esenciales cubiertas.
Plantearse cambiar el mundo es una falacia, aunque intuyo que no imposible, de lo que sí estoy seguro es de que se puede transmitir en pequeñas sociedades como nuestro pueblo una mirada más limpia, más amplia, con más perspectiva, seguramente aportando cada uno su granito de arena desde una filosofía de vida común, participando hasta el protagonismo en todas las necesidades que conforman un carácter, un individuo delante de lo potencial, de varios y diversos caminos donde elegir y experimentar. Personas sin determinismos sociales y psicológicos, capaces de entender que la vida se construye día día en cada paso y que nadie debería permitirse mirar el mapa sin vivir sus montes, sus sendas, sus aguas, sus cielos, sus luces, sus amores... y sobre todo compartirlos con otros caminantes. La vida es un río, su corriente te arrastra, te puedes dejar llevar.... pero sabiendo que te estás perdiendo cada orilla, cada isla, remar a contracorriente, de lado, saltar una cascada, subir a un árbol, nadar en un pequeño lago de aguas tranquilas, sentarte bajo el sol y ver pasar las embarcaciones, encender fuegos donde encontrarse con otros para calentarse... e infinidad de experiencias más, y sin duda, algunas malas y peores, mejor no dejar que el miedo destruya los permisos para usar la libertad.
Cuando hace unos meses decidí volver a vivir en Buñol me propuse intentar crear una fundación que se ocupara de transmitir, mostrar y demostrar lo valioso de estos valores. Una pequeña institución que por su menor tamaño pudiera adentrarse en cuestiones de mayor calado y con una filosofía clara y potente. Clara porque su misión sería únicamente el bienestar de las personas y potente porque contaría con el apoyo de un pueblo hondo en su historia y con la mente abierta y con una tradición  asociacionista centenaria.
El proyecto de Fundación Buñol se Vive quiere conseguir recursos de personas, empresas, instituciones, profesionales, científicos, pensadores que deseen convertir sueños en realidades, que quieran que Buñol se convierta en un ejemplo de pueblo del siglo XXI, un lugar donde lo humano predomine sobre todos los demás intereses y provocar un cambio que consiga llenar de vida las calles de nuestro pueblo, el propósito sería generar una nueva actitud en las instituciones, asociaciones e individuos... cuyo único fin sea el bienestar de las personas, entendido como una actitud y una filosofía de vida que de respuesta a lo necesario y a lo "contingente".
Suena la música, se huele a tierra, amanece en los montes, los bares y las calles despiertan, las huertas se huelen, las tiendas abren sus puertas, sorbos de café, el agua se mueve, lloros, risas, palabras, todo se despierta... laten más de diez mil corazones.
El grupo Buñol se Vive en Facebook tiene en este instante 1303 miembros y casi mil publicaciones, espero que en un tiempo prudencial podamos hacer de este sueño, entre todos, una realidad viva, muy viva.
www.bunolsevive.com

sábado, 13 de agosto de 2011

El verdadero Cambio 2



La política es apasionante. Cuando verdaderamente existe. La política es un arte. Y el arte implica conocimiento, virtud, disposición y habilidad. Lo que hoy consideramos política, en general, no es nada de esto.
Cualquiera de nosotros puede leer u ojear simplemente, la prensa, o mirar y escuchar los telediarios. Sin muchos esfuerzos nos percatamos de lo evidente: O no es política lo que nos transmiten o la política no es un arte. Me inclino por estar de acuerdo con la primera premisa.

Desde el ámbito local, pasando por el nacional y llegando al internacional vemos como las prioridades se confunden (muchas personas se muere de hambre mientras una parte de la “humanidad” vivimos en el exceso), el individuo está en un plano tan infravalorado que apenas se vislumbra su importancia(no hay más que ver el tratamiento que se le da a la educación y sus nuevas y peligrosas leyes), el mimetismo político en base a lo que compra votos es tan grande que es más difícil conocer las verdaderas ideas que la fórmula de la coca cola.

Y lo más jodido no es esto. Lo jodido es que las personas, nosotros, aceptamos tranquilamente estas fórmulas inadecuadas como si se tratase de una realidad inmutable. Como si en verdad esta mierda, fuese la panacea de la sociedad y la vida: La sociedad del bienestar. Yo la llamaría la suciedad del bienestar. Hay tanta miseria en todo el mundo de las relaciones, desde las individuales, hasta las institucionales y sociales, que vamos a conseguir ahogarnos en nuestros propios vómitos. Y ni siquiera reaccionamos. Quizá no nos damos cuenta. Sería la única excusa razonable.

He conocido a personas que tenían ideas, excelentes, limpias y tolerantes ideas. Convertidas mediante un proceso mimético en estupideces igualadas a lo “políticamente correcto”.
He visto a buenas personas creerse que “el fin justifica los medios” y que hay que despabilar si  se quiere conseguir el poder político para beneficio de los demás. Vuelvo a repetirlo: Su propio interés. Y por cierto no tendría nada de malo si las ideas, los valores y la moralidad no fuesen a parar al retrete.

Lo que me horroriza no es la política internacional y nacional. Eso es muy difícil de cambiar. Se hará lo que se pueda poco a poco y desde la actitud y la educación. Me horroriza que en la política local, en la única política en la que en verdad alguna vez he creído está ocurriendo lo mismo. Por ser alcalde, por ser concejal, por dominar como grupo. Vaya tela. Esto si me preocupa. He visto como amigos se convertían en perros de presa dispuestos morderse entre sí. He visto como personas, por mi idealizadas en otros tiempos, se convertían en pequeños napoleones buscando guerras con el solo propósito de ganar batallas y botines. Me parece sencillamente increíble y ocurre en la realidad. ¿Cómo es posible?

La política es apasionante. La política es un arte. La vida es nuestra única riqueza.
¿Por qué la destruimos?
¿Por qué no buscar y luchar y trabajar  por lo mejor?


* El Verdadero Cambio I y 2 están escritos en Noviembre del año 2003.



El verdadero Cambio 1



La política es apasionante. Como la vida misma. El problema es, tanto en la vida como en la política, la ceguera inconsciente. Las mentiras contadas a nuestro propio oído: “ Todo lo que hago- diría un político cualquiera- es para el bien de los demás. Me temo un olvido imperdonable, el propio interés. Sería maravilloso escuchar alguna vez la verdad, el motivo real por el que se toman las decisiones. Seguramente entonces, la clase política, tendría una mejor imagen. Y como siempre no pagarían políticos por pecadores.
Me viene a la cabeza una historia leída en un libro de Jorge Bucay cuyo título no recuerdo y que interpreto, me servirá para explicar lo que considero un buen político, y quizá también, una “buena “ persona, si se puede utilizar este adjetivo, en este caso con propiedad.
La historia venía a cuento de explicar la diferencia entre el amor propio(sana actitud) , el egoísmo y la incapacidad para defender el propio interés: Dos individuos están accidentalmente en la montaña a temperatura bajo cero. Muertos de frío caminan buscando cobijo. De pronto, cerca del camino, vislumbran un abrigo colgado de la rama de un árbol. Los dos se miran y no dan crédito. Un abrigo para uno de los dos. ¡Y los dos son políticos!. Uno de ellos, el de derechas, basándose en su formación religiosa , piensa: se lo debería dar a él, pero si se lo doy me moriré de frío. El otro, el de izquierdas, basándose en sus ideas solidarias, piensa: Se lo debería dar a él, pero si se lo doy me moriré de frío. Los dos, en verdad, querían con todas sus fuerzas aquel abrigo. Gran dilema.
Entonces, se oye un ruido proveniente del monte, y de entre las ramas aparece un ciudadano, tampoco quería morirse de frío en la tormenta y les dice: Tranquilos amigos el abrigo es mío, les vi desde aquí arriba subir por el camino, me puse a hacer leña y aquí atrás he encendido un fuego para que los tres pudiéramos calentarnos.
En el libro dice que hay quién no pensando en sus intereses le cedería el abrigo al otro y moriría de frío. También dice que hay quién diría lo vi primero y dejaría morirse de frío al otro. Y hay quién piensa que se pueden y se deben defender lo propios intereses sin perjudicar a nadie. Para mí, este y solo este, es el cambio político necesario. Aquel o aquellos que utilizaran esta filosofía como base de su discurso y de su acción, sin duda, tendrían mi voto.
Política: (7) Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. (8) Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, o con su voto, o de cualquier otro modo. (10)  Cortesía y buen modo de portarse.

Tendrían que enseñarnos en la familia y en las escuelas a ser ciudadanos corteses y a los políticos a ser artistas. Porque la política es un arte. ¿No es pues curioso los poquísimos artistas que son políticos?

El verdadero cambio está, todavía y sin duda, por llegar.

martes, 19 de julio de 2011

Buñol se Habla

He sido hasta hace poco- aún tengo mis dudas- un detractor de las Redes Sociales. Me parecían una manera de comunicarse demasiado virtual y superficial, incluso me resultaba evidente que en su uso prolongado se utilizan estos medios para llenar ciertas carencias(soledad, angustia, fondos depresivos, timidez, desilusión, miedo...) que solo la confrontación con la realidad y el análisis de la experiencia pueden resolver. Para que me entiendan más claramente las veía como un mal antídoto para una sociedad enferma o evasiva en el mejor de los casos.
Hace unos cuatro meses dada la insistencia de algunos amigos me abrí una cuenta en Facebook y a partir de ahí y después de muchas horas tratando de entender el sistema, sus ventajas e inconvenientes, y su filosofía comencé poco a poco a cambiar de opinión aunque sin eliminar del todo mis dudas. De hecho el perfil personal simplemente me sigue pareciendo un poco aburrido. Pero entonces descubrí los grupos y creé uno que en estos momentos cuenta con más de mil doscientos miembros Buñol se Vive(antes Buñol.Punto y Aparte). Con él aprendí mucho sobre la Red, sobre todo toda su sistemática y como una herramienta se puede humanizar hasta resultados realmente agradables.
Al poco tiempo algunos amigos me metieron en otros grupos y charlábamos jocosísimos(esto es de Rafa) de cualquier asunto gracioso o alegre, hasta que un día dos personas comenzaron a escribir en buñolero, cuál fue mi sorpresa que un tercer amigo puso una expresión en buñolero y recibió casi mil entradas. A partir de ahí de 34 miembros pasamos en 50 días a casi 900 miembros y cerca de 70.000 entradas entre palabras, expresiones, anécdotas, comentarios... siempre con el  lenguaje buñolero como fondo y su tradición oral. El grupo  inicialmente y hasta hace poco se llamó Peña Buñolense Liguera fundada por Rafael Casero Alcañiz y cuyos primeros miembros fueron Ignacio Tomas(poco más tarde dejo de serlo por decisión propia), Amparo Hernández Lacalle, Rafa Badía, Juan Francisco Sanz, Luis Sanz y yo mismo. Hoy el grupo  se llama Buñol se Habla y tiene tantos miembros que a nosotros que lo empezamos todavía nos sorprende como una mera diversión y a partir de una figura completamente espontánea se ha creado algo tan mágico y tan disfrutable, a la par que ha unido a muchas personas desconocidas y ha recogido el mayor diccionario de términos y expresiones buñoleras de la historia. Sin desmerecer por supuesto los trabajos que anteriormente otros buñoleros ya hicieron de una forma más formal, tanto en programas de radio como en publicaciones y recopilaciones. El fin entiendo será el mismo preservar y dar a conocer el lenguaje buñolero en toda su expresividad y emocionalidad, esas sutilezas que solo la palabra en su forma oral puede transmitir del carácter de un pueblo. Ilusionante y emocionante sin duda.
A partir de ahí hemos ido creando grupos afines por temáticas, no siendo los fundadores y administradores en todos los mismos pues esta cuestión pasa a segundo plano, quizá como la Tomatina que solo fue un momento de sus protagonistas pasando convertirse en el símbolo festivo(y qué más...) de todo un pueblo, por supuesto, salvando las distancias. El objetivo se amplió y entre todos nos propusimos ordenar toda la información de forma sistemática, creando grupos que pudieran dar respuesta a las necesidades de participación de los buñoleros en todos aquellos temas que susciten y conjuguen el interés individual(fotografía, gastronomía, política y sociedad, música arte, lenguaje...)  con el bien común.
La organización es  ésta y cualquiera puede hacerse miembro de una, de dos... o de todas:
Buñol se Habla: Es el grupo que recoge el hablar buñolero en toda su amplitud, sobre todo en la tradición oral, anécdotas, cuentos, expresiones y palabras que han configurado nuestro lenguaje.
Buñol se Escucha: En el se recoge  todo lo que tiene que ver con la música, especialmente para que los músicos o grupos o bandas de Buñol tengan un canal de comunicación y un foro donde dialogar.
Buñol es Arte: En este grupo se pretenden recoger los trabajos de nuestros artistas buñoleros en pintura, escultura, artesanía, diseño  o cualquier otra expresión artísitica.
Buñol se Come: Se pretenden recoger las recetas de la gastronomía de siempre para los más jóvenes y no tanto las puedan aprender, más todo aquello que esos aficionados a la cocina y a la bebida puedan aportarnos a todos. Ese arte que con tanto amor se cuece en los fogones.
Buñol se Mira: Fotografías de todo los lugares y rincones de Buñol donde las personas puedan aportar a lo largo de la historia un testimonio gráfico dando a conocer lugares desconocidos e incitando a la expresión artística.
Buñol se Debate: Con este grupo pretendemos informar  a la población de las más importantes acciones políticas, económicas y sociales. Participar y debatir.
Buñol se Vive: Grupo que se convertirá en  el menor tiempo posible en la Fundación Buñol se Vive cuyo objetivo es fomentar, analizar y ayudar al desarrollo social, cultural y económico de Buñol.
De todo lo dicho y de lo virtual han surgido ya subidas al Alto Jorge y fotografías, cenas debatiendo y aprendiendo, visitas al Castillo y la revisión de lugares emblemáticos de Buñol como la Espinaca y otras fuentes de Buñol... El colofón siempre es la realidad y este próximo viernes 22 de Julio en las escalericas de San Luis se celebrará el  primer encuentro festivo de Buñol se Habla para disfrute de todos los buñoleros con cena, música, juegos con expresiones y  palabras buñoleras y verbena.
Querido lector convéncete hay otras formas de diversión pero no como ésta, participa acudiendo a este primer evento, Buñol se lo merece.

martes, 5 de julio de 2011

El Puente Nuevo

Me desperté alterado por un sueño. Solo recordaba una frase: El Puente Nuevo atraviesa el Barranco de los Mudos. Durante toda la mañana y en pequeños flashes intermitentes volvía la frase como en un eructo, como si mi cabecita loca se empeñara en hacerme pensar en esta frase aparentemente tan simple. Me equivocaba, en los sueños nada es tan sencillo. Comencé a pensar a través de silogismos simples partiendo de una pregunta de inicio terapéutico: ¿Qué te sugiere aquello que has soñado?
Buf... Tardé unos minutos en asociar algún concepto que se convirtiera en idea: Buñol, mudos, barranco, puente. Buñol, mi nido emocional desde niño; mudo: dificultad o imposibilidad para hablar, silencio; barranco:  garganta geológica que impide el paso fluido entre dos puntos; puente: conexión arquitectónica para comunicar dos lugares a priori incomunicables.
Durante la mañana no pensé demasiado, fue al levantarme de mi enfermiza siesta cuando la cabeza comenzó a rodar: El nido emocional que impide el paso fluido en la construcción de nuestra propia identidad y a la vez conecta nuestra dimensión social con un yo dimensionado a base de recuerdos y de necesidades. Pensé en como nos educan y nos educamos, como influye nuestro entorno, la familia, el colegio, el pueblo... y como influyen en cada una de los conocimientos que se transformarán en experiencias grabadas en lo más profundo de nuestra mente transformadas en filtros con los que miraremos la realidad. Buffff... Me estaba agobiando tanta abstracción y paré de pensar. Estaba justo al principio del Puente Nuevo si lo miramos en dirección a la plaza del Pueblo cuando desperté. Me dije, el Puente Nuevo es ya muy viejo. Me quedé mudo unos segundos hasta que pasaron ocho diez personas y nos saludamos. Esto no pasa en la ciudad como tantas otras cosas comparadas con un pueblo. Me alegré de haber nacido y educado en Buñol la mayoría de mi vida. También otros muchos lugares dieron rienda suelta a la experiencia para que de cada lugar donde anduve o anduvimos me aportara una sensación y una percepción nueva. Me gusta saber que solo así se aprende de verdad... moviéndose con los ojos lo más limpios posibles y bien abiertos. La acción y el cambio es el secreto, también lo que más miedo nos da, pensé irritado.
Siempre he sido un enamorado incondicional de mi pueblo y de sus gentes, de esa cultura tan nuestra que se engancha en la historia como una garrapata alimentándose de  nuestra sangre. Estaba enfadado, irritado y confuso... Quizá nada de lo que pasaba por dentro coincidía con una cierta realidad objetiva, sencillamente un estado de ánimo se apoderaba de mis pensamientos o al revés no lo tengo muy claro, o sí , pero así parezco más humilde-qué palabra tan anacrónica e hipócrita-. Me temblaban las manos porque por primera vez en mi vida mi amor sintió condiciones. De golpe se me amontonaron todas la cosas que no habían gustado de mi vida, y especialmente de mi vida en Buñol. Se rompió la Torre del Homenaje en mis manos convertida en polvo. Y comencé a disparar sin arma alguna dardos envenenados que me hacían daño, mucho daño. Y espero que les duela a ustedes, síntoma de que aún estamos vivos, porque solo un muerto no lo podría sentir. Y no estoy seguro.
Buñol tiene cosas muy buenas, pero también malas, por algo nos llaman Socas. Miramos nuestro ombligo desde hace muchos años motivados por la ventaja que tuvimos en el pasado y  que se ha ido acortando de tanto mirar al mismo sitio. Llevamos décadas haciendo y dejando hacer lo justico, sin mirar hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados, ni hacia arriba. Pese a decir que somos progresistas y no sin razón, también escondemos una costumbrismo casi eclesiástico por su contenido de fe e irracionalidad, si el que lo hace mal es de los nuestros seremos incapaces de decirlo ó hacerlo rectificar, nuestra religión, en muchos casos es nuestro partido, música o equipo, incluso algunas personas que los simbolizan. Pero lo peor es que seguimos igual sin ver más allá de nuestro ombligo y la valensiana. El sueldo fijo, la seguridad y la rutina sosegada configura todo un estilo de vida, aunque para ello tengamos que callar y mirar para otro lado, probablemente sin darnos cuenta.
Pero todavía hay algo peor, como somos capaces de etiquetar a las personas y para siempre. Porque no piensan, no sienten o no viven como nosotros: Éste es un facha, éste un señorito, esta una destalentá o ligerica de cascos, gorrinas y gorrinos, gandules y trabajadores, personas de valor  o sin él, de buena familia.... Vaya si me sorprenden y me indignan estos comentarios que se hacen en tertulias, barras y cafés. Arreglamos el mundo en diez frases y aniquilamos a un chichón o chicona que pasa por la calle con la misma ligereza con la que hablamos en un entierro mal del muerto y comentamos el último partido. No me invento más que lo justo lo demás lo he vivido.
El Puente Nuevo es viejo como la malisia, la envidia y la mala leche, atraviesa el barranco los Mudos... Acabo de saltar y sin querer he matado una gallina y un pollico, no han dicho nada, ni pío. Habrá que aprender a callarse... y a amar con condicion

martes, 21 de junio de 2011

... Y ahora qué



Ya es el futuro, en cada palabra que leemos  actúa un tiempo diferente. Son pasado:  La campaña electoral, todos los que podíamos-quisimos ya votamos en las esperadas elecciones del 22M, se han conformado los gobiernos locales y autonómicos, unos con mayorías absolutas y otros con pactos entre partidos más o menos afines. En Buñol los tres partidos de izquierdas se han unido milagrosamente con poco más del sesenta por ciento para desbancar al PP con casi el cuarenta por ciento de los votos. ¿Y ahora qué?
Cuando respondamos ya estaremos en el futuro y a la vez creando historia. Un pacto histórico sin duda, después de muchos años de desavenencias entre IU y el PSOE. Curiosamente IAB siempre ha tomado una postura de acuerdo con ambas formaciones.
La leyes permiten hacer acuerdos para que el partido más votado no gobierne. Ni siquiera que formen parte de la Comisión de Gobierno, incluso si esta ultima no quiere los puede mantener al margen de toda competencia o responsabilidad, relegándolos a única postura posible, la oposición. Así es la democracia representativa.
Está claro que todos los partidos han utilizado alguna vez esta opción, por lo tanto no tendrían por qué quejarse, desde la coherencia, ninguno de ellos. Pero ahondemos un poco más en las cuestiones que suscita a poco que reflexionemos estas estrategias políticas: ¿A quién se vota a los partidos, a los cabezas de lista o a las personas? ¿Por qué debemos estar gobernados por los representantes de 3697 votantes y no tenemos en cuenta a los representantes de  2299  personas? En base a una cobertura legal y posible sin duda, pero desde el punto de vista de la  representatividad no es injusto que un montón de personas sientan que sus votos no valen para nada puesto que sus representantes no tienen la más mínima posibilidad de aportar sus ideas, sus proyectos, sus perspectivas... Y aunque la tuvieran, ninguna de ellas se aprobaría en la mayoría de los casos por emociones políticas que nada tienen que ver con lo que conviene o no a los ciudadanos, sino por intereses meramente partidistas, revanchistas y electorales.
En las instituciones locales se debería, y menos en los tiempos que corren, desperdiciar el trabajo de  siete concejales simplemente por las siglas políticas. Sin duda la ideología tiene que conformar un carácter de fondo, pero nunca, una vez convenido el gobierno tripartito, perder el tiempo y el trabajo en luchas inútiles, ni por un lado ni por el otro. El gobierno tiene la obligación de ser generoso, sobre todo teniendo en cuenta el número de votos recibidos por la derecha, y la oposición tiene la obligación de, si esa generosidad existe, trabajar codo con codo en todo aquello que sea necesario para Buñol. Se puede hacer oposición sin tener que gastar todas las energías en aplastar al contrario, el gobierno local tiene que hacerse responsable de que eso no ocurra, sería  una actitud nefasta para Buñol.
En un momento en que se está poniendo en tela de juicio a la democracia representativa sería la mayor baza y de una inteligencia inaudita conseguir un consenso institucional en los pilares básicos de la acción de gobierno con todos los partidos. Buscar los encuentros y trabajar en ellos en vez de ametrallarse de un lado a otro para que nos tiremos cuatro años, si llega, en una partida de tenis continua y desesperante como en el pasado más reciente. Hoy no cabe más que la política de la responsabilidad, otra cosa pasará mucha más factura a la izquierda de la que ya han pagado. Ya ha sido muy dura.
Los partidos creen que los votantes castigan los acuerdos, sin embargo yo creo lo contrario, lo que castigan es el desacuerdo, el poder por el poder, el odio, el rencor, la falta de valores y de iniciativas, la verborrea insignificante y distante de la realidad y los hechos, la falta de ejemplo, los argumentos fáciles que esconden motivaciones oscuras que rizan el sadismo. La tan denostada política, convertida en un arte por los griegos, está llegando a su cota más baja de valoración por los ciudadanos en toda la historia reciente.
En 1979 todos los partidos trabajaron a una por y para Buñol, los Republicanos, la UCD, incluso AP han tenido concejalías y atribuciones para llevarlas. Y el PC y el PSOE tenían un acuerdo de gobierno. No digo que las circunstancias ni los parámetros sean los mismos pero sí afirmo que la actitud debería ser la misma. Entonces, porque estaba todo por construir y ahora, porque todo está hecho añicos y hay que hacer un gran trabajo para que esta crisis brutal en la que estamos viviendo no se cargue todo lo que con tanto esfuerzo y sacrificio costó conseguir.
No es hora de hacer política partidista, quizá si ideológica, es hora de tener un gran sentido de la responsabilidad, para ello solo hace falta ser plenamente conscientes de la realidad que estamos viviendo y tener claro que por encima de los idearios políticos están las personas, su trabajo, su vivienda digna, un buen sistema de salud, una buena educación, una política ecológica que sea respetuosa con nuestra tierra, un cuidado amoroso de nuestras calles, monumentos, jardines y entorno.
Quizá simplemente recuperar valores que discurren por altavoces, por micrófonos, por escritos, por programas de televisión y radio, valores convertidos en palabras que suenan hoy vacías: Igualdad, solidaridad, fraternidad, cooperación, creación, vitalidad, humanismo... Y así hasta mañana. Sería una pena.