lunes, 29 de agosto de 2011

Dormido o durmiendo


En estas fechas muchos estamos de vacaciones. Bueno, quizá no tantos si ampliamos miras y perspectivas... Estoy escuchando la música de fondo de los chiringuitos, la calle que grita como las personas, veo las luces de colores que invitan a la alegría o se asocian a ella. Recuerdo los locales de Pascua que los decorábamos con lusesicas tenues quizá para invitar al encuentro de los cuerpos tan hormonados. Quizá una realidad virtual que se ajusta a una imagen preconcebida de la diversión. Todo en lo humano contiene una gran dosis de fantasía. Y menos mal, porque sin ella estaríamos acabados.
Lo que hecho de menos es la imaginación, la innovación y la creatividad. Parece ser  que las tradiciones marcan nuestros ritmos, marcan nuestra seguridad y quizá de algún modo que comprendo pero no comparto nuestra identidad. Las fiestas se pueden cambiar, es más se deben cambiar, a mejor claro, porque el ingrediente esencial para la diversión y la alegría es la sorpresa. Hace ya muchos años que nadie nos sorprende salvo en contadas ocasiones, seguramente porque no deberíamos dejar que los demás construyan nuestras vidas y menos aún nuestra diversión. Son demasiado importantes.
Escuchaba hace unos días a los que quieren dormir y no les dejan y a los que quieren ir de fiesta y no les dejan no dormir. Curioso al menos. Parece que es privilegio de lo más jóvenes no dormir y hacerlo de día disfrutando la noche y de los más mayores no dormir ni disfrutar la noche... Y no tengo claro si pueden o quieren dormir por el día.
Siempre que me encuentro ante estas tesituras recuerdo la historia de Salomón. Cómo ser justo con los intereses y derechos de todos. Y claro, partir al niño por la mitad parece que nunca se ha considerado la mejor decisión. La pregunta del millón es si esto tiene solución o parece que con las tradiciones tenemos que mantener vivas también las polémicas y la competitividad. Resulta evidente que esto último es un mal endémico del cual no sabemos escapar o al menos ningún responsable político se atreve a asegurar la diversión de los más jóvenes y el descanso de lo más mayores. Los del medio nos apañamos bien de momento porque todavía vivimos entre dos aguas, entre el mar y el río que nos arrastra inevitablemente a la apatía asignada a los mayores. Nunca he estado de acuerdo, aún entendiendo las limitaciones físicas y de responsabilidades propias de la edad. ¿Por qué las personas de medianas a mayores no construyen sus propias franjas de ocio? ¿Y cuando lo hacen son montajes auténticamente horteras?
Cabe preguntarse si reflexionar acerca del ocio tiene sentido o sí lo importante es dormir fenomenal como en el anuncio, seguramente también por qué la fiesta y la diversión se asocia a las drogas(alcohol principalmente, coca, pastillas y porros) y a acostarse cada vez más tarde y más pasado de vueltas. De hecho lo genial es acostarse de día y al día siguiente comentar lo estupendos que somos reventando nuestros cuerpos. Así en frío suena de inmediato a una grado de estupidez enorme pero si tantas generaciones llevamos haciéndolo digo yo que algún sentido tendrá.
Me pregunto si cuando dormimos estamos durmiendo y si cuando estamos despiertos estamos dormidos. Intuyo que sí.
La evasión y el ser humano van de la mano desde el tiempo de los tiempos, desde siempre vamos juntos. Millones de leyes se han creado en el mundo para regular las partes más auto-destructivas de las personas y ninguna a conseguido eliminar aquello que Freud llamó pulsión muerte en oposición a la pulsión vida, es decir la tendencia que tenemos a todo aquello que huye del espíritu de conservación tan claro en los animales, es decir, todo aquello que no es bueno para nosotros y aún sabiéndolo o no lo hacemos pese a que nos duele o es insano.
Son las dos y diecisiete de la madrugada y siguen sonando la música y las calles, también siguen encendidas la luces de colores. Mientras tanto, aunque no parezca y todo esté maquillado, hay dolor por todas partes, especialmente en todas aquellas personas que la salud les está jugando una malísima pasada. Pienso en ellos, incluso los miro y me doy cuenta de que algo falla, algo nos hemos perdido entre tanta mentira. Seguramente "sufrir también es vivir" como dijo el poeta.
Llevo muchos años intentando entender la diferencia de significados entre dormido y durmiendo, sobre todo desde que me informaron de la anécdota de Cela. Después surgió la de jodido o jodiendo, esa parecía más obvia. Quizá llegamos al final entendiéndonos unos a otros. Probablemente todo se trate de esto de estar jodido o jodiendo. Tengo la impresión de que hay mas gente jodida que jodiendo, seguramente por eso responder al por qué unos quieren dormir de día y otros descansar de noche tenga una respuesta sencilla que no podemos preguntar a nosotros mismos: ¿Soy de los que está jodido o de los que están jodiendo? La respuesta no es fácil o sí....

domingo, 14 de agosto de 2011

Buñol se Vive



Vivir, acaso exista un concepto más complejo y la vez más simple. Nacer, vivir y morir.
Ortega y Gasset en un libro que recomiendo efusivamente titulado "Meditaciones sobre la Técnica" dice: El ser humano es el único animal que hace de lo contingente lo necesario. Sin duda lo necesario es todo aquello sin lo que sencillamente nos moriríamos(beber, comer...) y lo contingente a la par que necesario todo aquello que para cada uno da sentido a su vida(el arte, la técnica, la belleza, las emociones, los deseos...).
En una economía de mercado lo necesario es consumir, las necesidades y lo "contingente" hacen el resto. Se encargan de que la tendencia sea a comprar, no tendría nada de malo si verdaderamente fuésemos conscientes del precio que pagamos por ciertas tendencias absolutamente innecesarias en ambos sentidos.
Las personas necesitamos alimentar de una forma sana ambas, probablemente una de  las cuestiones más difíciles de la vida, armonizar todo ese mundo emocional que mueve los hilos casi convirtiéndonos, en muchas ocasiones, en marionetas.
Considero pues de suma importancia que en lo social y desde las instituciones se tengan en cuenta las necesidades del cuerpo y las necesidades de la mente(alma). No es sinónimo de sociedad feliz aquella que tiene más dinero sino aquella que sabe adecuar sus recursos al bienestar de las personas. En países con el mayor bienestar económico y social es justamente en el que se dan el mayor porcentaje de suicidios(Suecia, Noruega...). Seguramente porque algunas prioridades y necesidades se perdieron por el camino.
Es probable que a algunas personas lo que voy a decir les suene utópico incluso poco pragmático, pero la realidad, bajo mi punto de vista, es que dedicarse a construir una sociedad suficientemente feliz es ocuparse de que los individuos tengan todas sus necesidades esenciales cubiertas.
Plantearse cambiar el mundo es una falacia, aunque intuyo que no imposible, de lo que sí estoy seguro es de que se puede transmitir en pequeñas sociedades como nuestro pueblo una mirada más limpia, más amplia, con más perspectiva, seguramente aportando cada uno su granito de arena desde una filosofía de vida común, participando hasta el protagonismo en todas las necesidades que conforman un carácter, un individuo delante de lo potencial, de varios y diversos caminos donde elegir y experimentar. Personas sin determinismos sociales y psicológicos, capaces de entender que la vida se construye día día en cada paso y que nadie debería permitirse mirar el mapa sin vivir sus montes, sus sendas, sus aguas, sus cielos, sus luces, sus amores... y sobre todo compartirlos con otros caminantes. La vida es un río, su corriente te arrastra, te puedes dejar llevar.... pero sabiendo que te estás perdiendo cada orilla, cada isla, remar a contracorriente, de lado, saltar una cascada, subir a un árbol, nadar en un pequeño lago de aguas tranquilas, sentarte bajo el sol y ver pasar las embarcaciones, encender fuegos donde encontrarse con otros para calentarse... e infinidad de experiencias más, y sin duda, algunas malas y peores, mejor no dejar que el miedo destruya los permisos para usar la libertad.
Cuando hace unos meses decidí volver a vivir en Buñol me propuse intentar crear una fundación que se ocupara de transmitir, mostrar y demostrar lo valioso de estos valores. Una pequeña institución que por su menor tamaño pudiera adentrarse en cuestiones de mayor calado y con una filosofía clara y potente. Clara porque su misión sería únicamente el bienestar de las personas y potente porque contaría con el apoyo de un pueblo hondo en su historia y con la mente abierta y con una tradición  asociacionista centenaria.
El proyecto de Fundación Buñol se Vive quiere conseguir recursos de personas, empresas, instituciones, profesionales, científicos, pensadores que deseen convertir sueños en realidades, que quieran que Buñol se convierta en un ejemplo de pueblo del siglo XXI, un lugar donde lo humano predomine sobre todos los demás intereses y provocar un cambio que consiga llenar de vida las calles de nuestro pueblo, el propósito sería generar una nueva actitud en las instituciones, asociaciones e individuos... cuyo único fin sea el bienestar de las personas, entendido como una actitud y una filosofía de vida que de respuesta a lo necesario y a lo "contingente".
Suena la música, se huele a tierra, amanece en los montes, los bares y las calles despiertan, las huertas se huelen, las tiendas abren sus puertas, sorbos de café, el agua se mueve, lloros, risas, palabras, todo se despierta... laten más de diez mil corazones.
El grupo Buñol se Vive en Facebook tiene en este instante 1303 miembros y casi mil publicaciones, espero que en un tiempo prudencial podamos hacer de este sueño, entre todos, una realidad viva, muy viva.
www.bunolsevive.com

sábado, 13 de agosto de 2011

El verdadero Cambio 2



La política es apasionante. Cuando verdaderamente existe. La política es un arte. Y el arte implica conocimiento, virtud, disposición y habilidad. Lo que hoy consideramos política, en general, no es nada de esto.
Cualquiera de nosotros puede leer u ojear simplemente, la prensa, o mirar y escuchar los telediarios. Sin muchos esfuerzos nos percatamos de lo evidente: O no es política lo que nos transmiten o la política no es un arte. Me inclino por estar de acuerdo con la primera premisa.

Desde el ámbito local, pasando por el nacional y llegando al internacional vemos como las prioridades se confunden (muchas personas se muere de hambre mientras una parte de la “humanidad” vivimos en el exceso), el individuo está en un plano tan infravalorado que apenas se vislumbra su importancia(no hay más que ver el tratamiento que se le da a la educación y sus nuevas y peligrosas leyes), el mimetismo político en base a lo que compra votos es tan grande que es más difícil conocer las verdaderas ideas que la fórmula de la coca cola.

Y lo más jodido no es esto. Lo jodido es que las personas, nosotros, aceptamos tranquilamente estas fórmulas inadecuadas como si se tratase de una realidad inmutable. Como si en verdad esta mierda, fuese la panacea de la sociedad y la vida: La sociedad del bienestar. Yo la llamaría la suciedad del bienestar. Hay tanta miseria en todo el mundo de las relaciones, desde las individuales, hasta las institucionales y sociales, que vamos a conseguir ahogarnos en nuestros propios vómitos. Y ni siquiera reaccionamos. Quizá no nos damos cuenta. Sería la única excusa razonable.

He conocido a personas que tenían ideas, excelentes, limpias y tolerantes ideas. Convertidas mediante un proceso mimético en estupideces igualadas a lo “políticamente correcto”.
He visto a buenas personas creerse que “el fin justifica los medios” y que hay que despabilar si  se quiere conseguir el poder político para beneficio de los demás. Vuelvo a repetirlo: Su propio interés. Y por cierto no tendría nada de malo si las ideas, los valores y la moralidad no fuesen a parar al retrete.

Lo que me horroriza no es la política internacional y nacional. Eso es muy difícil de cambiar. Se hará lo que se pueda poco a poco y desde la actitud y la educación. Me horroriza que en la política local, en la única política en la que en verdad alguna vez he creído está ocurriendo lo mismo. Por ser alcalde, por ser concejal, por dominar como grupo. Vaya tela. Esto si me preocupa. He visto como amigos se convertían en perros de presa dispuestos morderse entre sí. He visto como personas, por mi idealizadas en otros tiempos, se convertían en pequeños napoleones buscando guerras con el solo propósito de ganar batallas y botines. Me parece sencillamente increíble y ocurre en la realidad. ¿Cómo es posible?

La política es apasionante. La política es un arte. La vida es nuestra única riqueza.
¿Por qué la destruimos?
¿Por qué no buscar y luchar y trabajar  por lo mejor?


* El Verdadero Cambio I y 2 están escritos en Noviembre del año 2003.



El verdadero Cambio 1



La política es apasionante. Como la vida misma. El problema es, tanto en la vida como en la política, la ceguera inconsciente. Las mentiras contadas a nuestro propio oído: “ Todo lo que hago- diría un político cualquiera- es para el bien de los demás. Me temo un olvido imperdonable, el propio interés. Sería maravilloso escuchar alguna vez la verdad, el motivo real por el que se toman las decisiones. Seguramente entonces, la clase política, tendría una mejor imagen. Y como siempre no pagarían políticos por pecadores.
Me viene a la cabeza una historia leída en un libro de Jorge Bucay cuyo título no recuerdo y que interpreto, me servirá para explicar lo que considero un buen político, y quizá también, una “buena “ persona, si se puede utilizar este adjetivo, en este caso con propiedad.
La historia venía a cuento de explicar la diferencia entre el amor propio(sana actitud) , el egoísmo y la incapacidad para defender el propio interés: Dos individuos están accidentalmente en la montaña a temperatura bajo cero. Muertos de frío caminan buscando cobijo. De pronto, cerca del camino, vislumbran un abrigo colgado de la rama de un árbol. Los dos se miran y no dan crédito. Un abrigo para uno de los dos. ¡Y los dos son políticos!. Uno de ellos, el de derechas, basándose en su formación religiosa , piensa: se lo debería dar a él, pero si se lo doy me moriré de frío. El otro, el de izquierdas, basándose en sus ideas solidarias, piensa: Se lo debería dar a él, pero si se lo doy me moriré de frío. Los dos, en verdad, querían con todas sus fuerzas aquel abrigo. Gran dilema.
Entonces, se oye un ruido proveniente del monte, y de entre las ramas aparece un ciudadano, tampoco quería morirse de frío en la tormenta y les dice: Tranquilos amigos el abrigo es mío, les vi desde aquí arriba subir por el camino, me puse a hacer leña y aquí atrás he encendido un fuego para que los tres pudiéramos calentarnos.
En el libro dice que hay quién no pensando en sus intereses le cedería el abrigo al otro y moriría de frío. También dice que hay quién diría lo vi primero y dejaría morirse de frío al otro. Y hay quién piensa que se pueden y se deben defender lo propios intereses sin perjudicar a nadie. Para mí, este y solo este, es el cambio político necesario. Aquel o aquellos que utilizaran esta filosofía como base de su discurso y de su acción, sin duda, tendrían mi voto.
Política: (7) Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. (8) Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, o con su voto, o de cualquier otro modo. (10)  Cortesía y buen modo de portarse.

Tendrían que enseñarnos en la familia y en las escuelas a ser ciudadanos corteses y a los políticos a ser artistas. Porque la política es un arte. ¿No es pues curioso los poquísimos artistas que son políticos?

El verdadero cambio está, todavía y sin duda, por llegar.