miércoles, 19 de junio de 2019

Si votas, vota de verdad, coño



Muchas personas, incluso las que se creen que me conocen bien, creen que soy idealista y tengo ciertos “ramalasos” románticos. Y tienen, casi seguro, todos razones.
En los nec-ocios he sido un creativo nato y un emprendedor empedernido, hasta el punto de ser o sentirme excesivo y por qué no para algunos demasiado echado para adelante. Quizá ésta sea una confesión que os hago a todos y a mí mismo. En general la tendencia es que si eres así, la realidad tradicional, más las personas que se creen más “serias” que tú, piensen que estás equivocado y si no sigues ciertos patrones o tradiciones opinen seguramente que estás equivocado, o en un modo más cariñoso, que eres un “cabesica loca”. Ahora bien, si se tiene en cuenta que creo firmemente en la creatividad como forma de vida, que creo absolutamente en el emprendimiento como manera de ser leal a mi mismo, a mi familia y a la sociedad, si además le añades que lo obvio lo sabemos todos, por lo tanto no tiene nada de excepcional, y que la mejor manera de educar y de relacionarte es con hechos, se podría llegar a la conclusión que por muchos errores que uno pueda cometer a lo largo de la vida-que son muchos- si todos estos precedentes los cumples a rajatabla y encima le pones la pasión y los valores que son para ti fundamentales, se puede corroborar que, al menos, uno tiene derecho a equivocarse para aprender, de hecho es la única forma de conseguir esos que todos llaman experiencia, aunque el concepto cada vez está más denigrado. En este momento, cuando reflexiono, siempre me viene a la cabeza una frase que leí y luego oí y que refleja mi sentir de una forma impecable: “30 años de experiencia no es un año repetido 30 veces”. Y por muy duro y jodido que suene, es cierto, se lo cree de verdad poca gente, en realidad creen que la edad es un plus sin más-y es verdad relativamente- pero en realidad solo cuenta cuando has experimentado en toda la amplitud de la palabra, de lo contrario lo único que hacemos es transmitir nuestros propios principios, disfrazados de tradiciones o de repetir siempre lo mismo. Por cierto, es lo contrario de progreso, o lo que es lo mismo retroceso- yo lo llamo apalancamiento o umbral de seguridad- en sí mismo nada tiene de insano, solo si nuestra forma de vida o parecer se confronta brutalmente con cualquier otra. Un ejemplo hoy sería los ultras en cualquier sentido o todos aquellos que ven su modo de vida como modelo de lo único bueno. Grave error, gravísimo, tanto que ha hecho añicos a individuos y sociedades enteras. Ejemplos claros la homofobia o el nazismo, el franquismo o cualquier otro modelo que sirva como único pensamiento y estrictamente incuestionable.
Sirvan estas palabras como preámbulo. En realidad lo que me gustaría decir es algo más local, más cercano y muy próximo: las Elecciones Municipales. Lo local es algo muy específico, aún así se conoce poco. 
No exagero si les pido para la próximas elecciones que llenen todos la urnas, hasta aquellos que se identifican con el no votar como una elección libre y con sentido, a mi entender, explicable, pero carente de construir un camino de progreso.
Créanme si les digo que después de cuatro años, intensos, analizados y trabajados en el gobierno de Buñol, les plantee algunas preguntas: ¿Cree usted que conoce bien la gestión que han hecho cada persona o grupo político en el Ayuntamiento? ¿Es capaz de valorar sin prejuicios el trabajo de cada grupo o individuo en el consistorio? ¿Vota usted con las emociones o con la razón? ¿Siente usted que podría hacerlo mejor que todos los que se presentan? ¿Cree usted que no hay nada que haya hecho bien casi nadie? ¿La política la conoce bien, la entiende, sabe los las dificultades y condicionamientos que conlleva gobernar o cumplir con la ley-burocracia? ¿Entiende que ser justo pasa por ser objetivo a la hora de valorar la actitud de los políticos y su trabajo real subordinado al bien común?
Termino exigiéndoles que voten de verdad coño, voten con objetividad y voten pensando en el bien común, no en que gane su equipo de fútbol o su cuadrillica o sus siglas, la política-aunque no parezca- es algo muy serio y muy importante para la vida de las personas, no se debe, aunque se pueda, ponerla en manos de simplemente mi partido tradicional o quien me cae bien, la política se merece un análisis objetivo y sincero, una reflexión sobre los hechos y la filosofía aplicada a la gestión pública.
Háganme el favor, voten, voten de verdad, con criterio, sin prejuicios, sin dimes y diretes, infórmense de los hechos, de lo importante, de lo que nos hace crecer y vivir mejor… luego echen la papeleta a quiénes cumplan-como decían los griegos en su moral llena de principios- no malgasten su voto repitiendo más de lo mismo, así no correrán riesgos, no se sentirán inseguros, incluso puede que sienten coherencia, pero nada cambiará.
No espero que lo hagan exactamente pero sí espero sientan mínimamente las ganas de vivir, arriesguen, aunque sea una vez, sientan el hormigueo de andar por un camino desconocido, igual, con un poco de suerte, si seguimos nuestro instinto acertamos. Da un poco de miedo lo sé, por no decir mucho, pero el ser humano no ha llegado hasta aquí haciendo siempre lo mismo.
Conste que no me presento, les pediría el voto para mi mismo, perdonen tengo que ser sincero, aún así les pido que no voten a nadie que no haya hecho bien su trabajo, a nadie que no haya apostado por progresar, a nadie nuevo o viejo que no tenga criterio ni valores, voten a aquellos que se han dejado la piel esforzándose y que entienden el valor del trabajo en equipo como fundamento del saber, aquellos que saben a ciencia cierta que cualquier persona tiene el mismo valor que otra, sin dudas ni pretextos, con hechos, no solo con palabras y fotos. No voten vacío.