domingo, 19 de febrero de 2012

Gobernanza

"GOBERNAR ES PACTAR, PACTAR NO ES CEDER."
“Gobernanza es el concepto de reciente difusión para designar a la eficacia, calidad y buena orientación de la intervención del Estado, que proporciona a éste buena parte de su legitimidad en lo que a veces se define como una "nueva forma de gobernar" en la globalización del mundo posterior a la caída del muro de Berlín (1989). La palabra gobernancia (no está recogida en el DRAE).Wikipedia.”

Gobernar no es fácil, nada fácil. No se requieren solo ideas y programas sino algo más importante: La capacidad para llegar a acuerdos. Pactar para gobernar por y para todos. En todas las épocas debería ser el fin, pero en la actualidad, además de un fin, más o menos ideal, es una necesidad y un acto de responsabilidad. Que nuestros políticos se den cuenta de esto es muy importante, sobre todo, en lo que concerniente a las cuestiones básicas e incluso fundamentales: Salud,Vivienda, Comida, Educación...
Sigo sin entender el bipartidismo que consigue que cada vez que gobierna uno desgobierne el otro y viceversa con mayor o menor acierto. La actitud de la confrontación y los opuestos es muy humana, pero llegar a tanto en aspectos tan enormemente importantes para el bienestar de las personas me parece infantil, muy interesado e irresponsable.
Parece que los gobernantes tienen mayor interés en que su partido, su persona y sus afines permanezcan en el poder que en realizar y crear políticas que den soluciones a los problemas reales de la gente-no quiero generalizar con los que se enriquecen a costa de todos o creen que con el dinero de todos se puede jugar al Monopoly-. No me cabe en la cabeza como no somos capaces de castigarlos en la urnas que es donde más les duele y andamos de manifestación en manifestación y de indignación en indignación cuando lo que realmente deberíamos hacer es unirnos para echarlos del poder, sin fanatismos ni dogmas, ni nada que no se parezca al consenso, al pacto, al acuerdo.
¿Por qué creen que los partidos políticos que por un porcentaje, en ningún caso mayoritario de verdad, pueden y de hecho lo hacen, perder de vista y no atender buenas ideas provenientes de otros partidos, formaciones o colectivos? ¿Qué derecho tiene una mayoría minoritaria a gobernar por cifras y porcentajes validados por leyes casi siempre injustas a menospreciar e incluso a sentir como enemigo a los demás cabezas pensantes legitimados, cada uno por los votos obtenidos independientemente de que sean más o menos? ¿Por qué creen los que tienen las mayorías que deben negar y niegan casi todas las propuestas de los demás solo porque son unos pocos más? ¿Por qué nadie que tiene el suficiente poder no siente la obligación y la necesidad de pactar, de ponerse de acuerdo con el otro con criterio y generosidad?
No me extraña que la política esté en un momento que no convence a nadie de nada y que tanta gente se abstenga hasta de votar, por cierto, es mucha, demasiada. Si todos  votaran quizá nos sorprenderíamos. Desde luego siempre lo he creído, pero en los cálculos electorales tengo la impresión de que no conviene. Estúpido camino. Hay que tomarse la política más en serio, los programas y su cumplimiento, educar para votar y desde luego para castigar a quien no incorpora ciertos valores esenciales a la gobernanza, al buen gobierno.
A nivel estatal puedo, aunque no debo, entender a la clase política, por aquello de que al final va y todos, en el fondo, defendemos lo propio. Sin duda, en la estratosfera de la macroeconomía hay muchos negocios, poderes e intereses tan grandes que seguramente -de hecho parece que ocurre- hasta se mata por ellos. Puedo entender toda la miseria humana porque alguna parte de ella la vivimos todos en mayor o menor medida. Sin embargo me resulta muy difícil entender desde el área local, desde los pueblos y algunos Ayuntamientos que se siga la misma práctica, el mismo concepto, la misma visión y actitud trasladada por el sistema y la estructura de partidos a unas cuántas personas que son concejales y que solo me cabe en la cabeza que les interesa su pueblo. Podríamos pensar en algunos pequeños intereses, quizá un dinero complementario-ridículo en cuanto a cantidad- quizá un sueldo de Alcalde o quizá llenarse el ego de poder sintiéndose distintos e importantes, o quizá llenar vidas vacías con dimes y diretes de acólitos y palmeros o quizá conseguir lanzarse desde una alcaldía a la política autonómica o nacional. Puedo incluso buscar algo de más mierda para entender por qué en Buñol no están trabajando todos lo concejales y con todos sus recursos humanos y materiales para ayudar a minimizar al menos esta crisis que está reventando vidas por doquier. Puedo entenderlo sin esforzarme mucho, simplemente observando los movimientos personales, políticos y de colectivos y vecinos.
Viendo algún Pleno he sentido vergüenza ajena y desde luego no me he sentido representado(y les confirmo que siempre voto), pero aunque les aseguro que me esfuerzo mucho y hablo con algunos de ellos-incluso me dicen que están de acuerdo conmigo- lo que no consigo es encontrarle sentido. ¿De qué sirve? En verdad y de fondo, de nada y para nada, sus consecuencias son nefastas para el desarrollo social, cultural y económico de Buñol. Tendrían que saber que nosotros los buñoleros queremos estar unidos, esa es nuestra fuerza, y que no les vamos a votar a ninguno si siguen por ese camino. Yo uno.

El Cisne del Planel

Decía en el anterior artículo publicado en éste periódico-usando unas palabras robadas- que “el valor de las cosas está en su uso”, yo matizaría quizá que es fundamental sacar el mayor partido y disfrute posible a nuestro patrimonio como pueblo. Sin duda produciría un aumento de valor y de valores y las necesarias sinergias en todo lo que tiene que ver con los beneficios públicos e incluso privados indirectamente.
El Parque del Planel, como el Auditorium, como el Castillo y otros muchos parques y edificios emblemáticos en Buñol están infrautilizados. Durante años se invirtió en obra pública pero a mi entender se dejó de lado los servicios, la planificación y la imaginación que necesitan estos lugares para que se usen bien y más en beneficio de las personas. Vertebrar una estructura participativa y coordinar todo lo que un Ayuntamiento gestiona no es nada fácil, se necesita participación. Y esencial y previo un plan con el que ilusionar e implicar a los ciudadanos, requiere como el Castillo y el Auditorium de San luis y la Biblioteca o el Molino de galán de una programación atractiva anual y bien publicitada y unos servicios mínimos. Un parque de las dimensiones del Planell debe tener un restaurante o bar(me consta que el ayuntamiento está estudiando cómo hacerlo). Propongo que el Ayuntamiento compre una Caravana-Bar móvil, se amortizaría sola, para moverla por todos los parque de Buñol preparando eventos y celebraciones especiales, tratando de promover el disfrute de niños, jóvenes y mayores con programas creativos, generando un ocio alternativo capaz de atraer a la gente de Buñol, de la Hoya y de las poblaciones cercanas, incluso de Valencia creando actividades lúdicas de calidad. La intención es ir generando una cultura participativa y auto-suficiente económicamente que genere puestos de trabajo y disfrute, ambas cosas esenciales en las circunstancias históricas que estamos viviendo.
Imaginen un restaurante que ofreciera un servicio con calidad y precio en el Planell, o un mercadillo como el que se monta en Alborache, los sábados por la mañana organizado por el necesitado comercio local, o festivales de Clow para niños y padres a un precio reducido y razonable, o atracciones de Feria para días concretos de acuerdo con ellos y con una paella gigante vendida al costo y promovida por el Ayuntamiento. O conciertos al aire libre de nuestros músicos locales u otros. O promover una Concurso de jóvenes intérpretes com premios que motiven a la calidad, o exposiciones de fotógrafos, artesanos, artistas y pintores al aire libre. Imaginen un día de paellas fuera de la feria y que las cuadrillas de amigos nos juntemos a comer ya pasar un día de sol esta primavera.
También en otros lugares que ahora están solo con un Bar móvil, sardinas a la plancha a 2 euros el plato comer todos en la Violeta, añadiéndole una cata de vinos de acuerdo con alguna bodega que quiera promocionar sus vinos.
O payasos y mimos en el Ciprés, bar  y los niños a bailar con la música adecuada. O una feria alternativa, como la que se hace en Valencia en el Río, en Borrunes. o una lectura multitudinaria de poemas en el Roquillo con almuerzo y pastureo. O un concurso de oradores cortos en el Castillo o un concurso de Cuenta Cuentos en el parque de Urios, o una torrá en la Plaza de la venta a cuenta de nada. O cine en la Plaza del pueblo y la Venta al aire libre una buena película de mes en cuando. O un mercado de verduras, frutas y hortalizas de loe excedentes de las huertas de Buñol cada estación del año cuando salen las nuevas cosechas.
También se me ocurre llegar a un acuerdo con todos lo bares y restaurantes de Buñol y promover jornadas gastronómicas, incluso concurso, con las mejores tapas. De hecho me parece una interesantísima idea fomentar la colaboración y cooperación entre comerciantes, hosteleros y profesionales.
Todas son propuestas factibles y baratas y comprobado su éxito.Y así... otras muchas hasta que se nos acabe la imaginación... si es que eso es posible.
Buñol necesita organización, imaginación, ideas y creatividad, pero todo ello no es posible si no se crea una estructura dinámica y participativa desde las instituciones capar de hacer suyas las propuestas, planificar y coordinar los actos con programaciones al menos semestrales, dotar del presupuesto mínimo necesario con un marcado carácter multiplicador, en definitiva generar cauces para que los creadores de Buñol y otras tierras vean en nuestro pueblo un lugar atractivo para desarrollar sus proyectos, por actitud, por acogida, por capacidad de organización y difusión.
Solo hay que creerse que se debe y se puede hacer. En mi caso, no tengo duda alguna.
¿Quién mató al otro cisne del lago del amor? Espero que no fuésemos o seamos todos.