sábado, 28 de febrero de 2009

Demasiadas Víctimas

En las últimas semanas todos hemos sido testigos del fatal desenlace de la desaparición de Marta del Castillo. Hemos sabido que un joven de veinte años la asesinó y como su hermano y dos amigos de veinte y quince años le encubrieron y ayudaron a arrojar el cadáver al río Guadalquivir. Todo, presuntamente, hasta el juicio.
Escribir sobre esta realidad se hace difícil, el cuerpo se entumece, la falta de sentido y rabia recorre todo el cuerpo y al pulsar cada tecla para que salgan las palabras se siente un grado de responsabilidad muy alto. Es un tema complejo, difícil y desgarrador. Un hecho que ha quitado una vida y destrozado a una familia, y al otro lado, como mínimo, otras cuatro vidas más. Sin duda, es casi imposible, comprender nada.
Está bien que los medios de comunicación nos informen para que seamos conscientes de que hechos como éste se dan demasiadas veces en nuestra sociedad. Este caso ha reabierto- si es que alguna vez es posible cerrarlos- el caso de Mari Luz y otros muchos que han aparecido de nuevo en titulares y debates. Casos muy distintos cuyo resultado es el mismo: El asesinato de un ser humano. De una niña, de una joven. De una hija, sobrina, nieta, amiga, hermana… con el dolor y el sufrimiento que esto implica para su entorno más cercano. Hay muchas víctimas en estos casos, demasiadas. De ahí que quiera poner un pequeño grano de arena con estas palabras a la posibilidad de que en un futuro no lejano, estas atrocidades, queden en el pasado más oscuro de nuestra historia.
La imagen de esta semana, como verán, es la de una avispa comiendo en un bocadillo de jamón. La mayoría de personas la hubiesen matado o espantado. Sin embargo, la persona que comía el bocadillo esperó pacientemente, la avispa iba y venía entre bocado y bocado, compartieron el bocadillo y todo acabó con una fotografía en una playa de mi idealizada Ibiza junto a un grupo de amigos, muy apreciados, con los que se aprende a querer. El sentimiento que inspiró todo esto para mí es la compasión y la empatía: Tenía hambre. Compasión: “Sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias”.
Para tratar de entender lo ocurrido, simplificando y en este momento, solo se me ocurre esta palabra, en este caso, por su ausencia. La falta de compasión por la víctima del más execrable de los actos humanos, quitar la vida. Arthur Schopenhauer decía que la compasión es el supremo principio moral. Estoy de acuerdo. Después de este circo mediático vergonzoso, en el que el tratamiento morboso de estas desgracias en programas de televisión no sirve más que para aumentar audiencias, uno se pregunta el por qué unos jóvenes de veinte y quince años no sintieron compasión (y parece ser que tampoco culpa), cómo emocionalmente pudieron ser capaces… También por qué los medios de comunicación y las instituciones no profundizan en el problema y analizan los motivos. Única manera, a mi entender, de llegar a la verdad para poder tomar las medidas necesarias para que no se vuelvan a producir. No creo que la pena de muerte, ni la cadena perpetua, ni siquiera el endurecimiento de las penas resuelvan este problema. El castigo duro, directamente merecido, puede aplacar nuestra ira, incluso puede ser justo, pero desde luego, no es la solución.
¿Por qué, repito, un joven de veinte años, con toda la vida por delante asesina a una joven de diecisiete años?, ¿Por qué destroza una vida y destroza la suya y por qué su hermano y dos amigos de 20 y 15 años destrozan las suyas para “ayudar” a encubrir un asesinato?
No he visto, ni oído, ni leído, contestar a estas preguntas en ningún medio de comunicación ni en institución alguna. Ni siquiera plantearse las preguntas básicas para ahondar en qué ocurre en la mente de un joven para que sucedan estos hechos. Hasta que no seamos conscientes de que la salud mental es una de las piedras angulares de la vida, no podremos erradicar estas conductas. Es el buen trabajo psicológico-educativo, y no solo de los jóvenes, también de los padres y profesores, la solución razonable junto a la verdadera Justicia Social. Atajar el problema de la única manera posible: Detectarlo a tiempo, como cualquier cáncer o enfermedad y sanarlo. Esa responsabilidad es de todos nosotros: El compromiso fundamental para conseguir ला सलुद एमोसिओनल साएमोसिओनल, एसो एस la buena educacióन.
En la película Sin Perdón de Clint Eastwood hay una escena en la que el joven que les acompaña junto a Morgan Freeman, mata por primera vez. Vomita y dice sentir lo peor, es consciente de su acto y la compasión le hace sentir culpa. Entonces el protagonista le contesta: “Cuando matas a un hombre le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría tener”. Esa noche, al llegar a casa, la parafrasee así: Cuando matas a un ser humano, le quitas todo lo que es y todo lo que podría ser.
En este auténtico drama hay una clara víctima, Marta, a la que le han arrebatado su ser y lo que podría haber sido. Pero también hay otras víctimas, demasiadas. También verdugos, visibles y ocultos. Lo complejo, a veces, es distinguir entre unos y otros.

domingo, 15 de febrero de 2009

Solvencia

Solvente: “Que resuelve. Desempeñado de deudas. Capaz de satisfacerlas. Que merece crédito. Capaz de cumplir una obligación, un cargo, etc., y más en especial, capaz de cumplirlos cuidadosa y celosamente”. Sirva la definición de la Real Academia Española como introducción para entender mejor un concepto del que se está hablando constantemente en la actualidad. Definiciones que, dicho de paso, trataré de usar para analizar algunas contradicciones expresadas en los medios de comunicación y que a algunos, al menos a mi, ni me dejan indiferente, ni comprendo.
La imagen de esta semana lo expresa de una forma inequívoca, la verdad es que están viendo la fotografía de un peral, pero visto a través de los ojos humanos y su tecnología (con exposición forzada de la cámara), su realidad cambia, tiñendo de una cortina de niebla (de humo en la realidad) que multiplica la ramas, desfigurando los colores y creando un fondo de fantasía que convierte un pinar en un cielo de nubes grises-azules y rincones oscuros. Algo así ocurre hoy con la economía.
Hace una par de semanas, el Ministro de Industria fue entrevistado e intervino en el debate del programa de RTVE 59 segundos. Me pareció un hombre serio y con un discurso honesto. Pidió a los Bancos que la liquidez que habían recibido gracias al Estado se viera reflejada en la apertura de créditos a las familias, autónomos y pequeñas empresas.
A la mañana siguiente Emilio Botín, presidente del Banco Santander, dijo que flaco favor se le haría a la economía si el sistema financiero español-los Bancos y Cajas- dieran préstamos sin asegurar la solvencia.
Los dos parecían tener razón. Entonces pensé que si los clientes de los Bancos sacaran todo su dinero de sus cuentas (el gobierno tuvo que garantizar los famosos 100.000 euros), ningún Banco sería “capaz de satisfacer sus deudas” y si el gobierno no hubiese inyectado liquidez a los mismos se hubiese colapsado el sistema financiero, los Bancos. Por lo tanto, la única conclusión posible es que los Bancos no son solventes, entendiéndolo así y aplicando la definición de la R.A.E. con la que comenzamos: No resuelven, tienes muchas deudas que no serían capaces de satisfacer, no son capaces de cumplir una obligación, luego, repito, claramente NO SON SOLVENTES. ¿Entonces por qué se les exige a los demás lo que ellos mismos no pueden cumplir sin el apoyo del gobierno? ¿Y si me equivoco o no digo la verdad sería peor, porque querría decir que no les hacía ninguna falta y han aprovechado ese dinero para sanear sus cuentas y ganar más dinero?
El Ministro de Industria, a mi entender, como mínimo, pecó de ingenuo. Los Bancos no van a dar dinero a personas o empresas no solventes. La fórmula con la que analizan los Bancos la solvencia se basa fundamentalmente (también en el politiqueo y el amiguismo, sobre todo en las Cajas) en dos ratios: Capacidad de Pago (Cuánto ganas) y en las garantías reales que ofreces (Qué propiedades o valores tienes), con el inconveniente añadido de que casi todas las empresas-al menos la mayoría- dan pérdidas o han bajado muy sensiblemente sus beneficios, y las propiedades son un hoy un valor devaluado al no poder convertirlas en liquidez. Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto y además de los fuertes problemas que arrastran las grandes multinacionales automovilísticas, las grandes constructoras y promotoras, las financieras, etcétera…, la pregunta del millón es: ¿Quién es solvente en este momento en este país, y ahondando en el asunto, quién marca los criterios de solvencia y cómo?
Éste ha sido el error del Gobierno, seguramente han hecho bien en ayudar a desbloquear el Sistema Financiero, como han hecho todos los gobiernos de la Unión Europea, pero se han equivocado profundamente en hacerlo exclusivamente con condiciones económicas, o lo que es lo mismo, sin condiciones sociales. De hecho los Bancos en estos momentos con las refinanciaciones lo único que están haciendo es el negocio del siglo con nuestro dinero, tenía diferenciales en los préstamos hipotecarios del 0.25 a 1 punto con respecto al Euribor y ahora están exigiendo a quién va apretado el doble (Euribor +2). Si entramos en pólizas de crédito (que encima no conceden) o préstamos personales (que tampoco) nos vamos a un diferencial en el mejor de los casos de 3,5 a 4 puntos (Euribor+4).El resultado es que en vez de aliviar a las familias y pequeñas empresas las están ahogando aún más.
Interpretando la imagen como metáfora y leyendo estas palabras espero que convendrán conmigo que casi nadie es solvente, por lo tanto, bajo mi punto de vista, el gobierno debería haber avalado e inyectado- al menos una buena partida de ese dinero- a las familias y pequeñas empresas DIRECTAMENTE, los Bancos no son buenos intermediarios para una salida solidaria, lo único que buscan, como cualquier empresa privada son beneficios, por eso las líneas I।C।O(Instituto de Crédito oficial) para la liquidez… que tanto publicita el gobierno, son un fracaso y un fiasco porque no les interesa a los Bancos(ganan más dinero de otra forma). Según todos los especialistas son los autónomos y las Pymes el mayor motor real de la economía española. Si verdaderamente les aportaran un aval o cualquier otra ayuda real, estoy convencido se hubiesen asegurado no destruir tantas pequeñas empresas y tantos y tantos puestos de trabajo.Obviamente, ustedes sacarán sus conclusiones.

sábado, 7 de febrero de 2009

Las tortugas vuelan

(Para mi amigo Gabriel Alba que me regaló el hada y más…)
No crean que son imaginaciones suyas… la tortuga que ven está volando. Lenta, pero vuela. Probablemente no me crean… y estarán en lo cierto. La verdad es que no vuela sola, necesita a Libra, un hada con los pelillos al viento y dos balanzas como la justicia, las pueden ver a ambos lados de su figura etérea. Supongo que es una mentirijilla sin más importancia. O quizá una verdad virtual, como tantas y tantas en estos tiempos.
Son tiempos de mentirijillas y verdades virtuales, muchas de ellas económicas, o al menos son las que están en el ojo del huracán, en la información. La información se ha convertido en un huracán que arrasa, en un poder que hace volar por los aires muchos intereses e ilusiones. Y todo deprisa…muy, pero muy deprisa. Y todo repetido…muy, pero muy repetido.
He preguntado al hada y a la tortuga el por qué de todo esto. Y me han contestado, créanme. La respuesta va a salir, muy pronto, en todos los medios de comunicación. Cuando ocurra me creerán del todo, estoy seguro. A fin de cuentas, a estas alturas, todavía no he dicho mucho. ¡Qué les cuesta creer tan poco!
Nos hemos y nos han convertido en mendigos, quieren que pidamos lo que ya era nuestro. Y parece que nos dan pero no es del todo cierto. Más mentirijillas. La línea ICO para Pymes es la última (intenten pedir una y verán por qué). Y eso que siempre dicen que son los autónomos y las pequeñas empresas las que más empleo producen, por lo tanto las que más dan. El premio por su esfuerzo y darles la administración de su dinero es éste. Nunca he tenido claro si son tontos, nos creen tontos, o no se dan cuenta de lo importante porque viven en otro lado de la realidad. En fin, no hablaremos mal de los políticos porque quizá cuando uno no es consciente se entiende que no es responsable. Esto me lo ha dicho el hada.
No pienso decir la famosísima palabreja y repetida más allá de la saciedad que comienza por C. Se ha repetido tanto que incluso muchos sabemos que los chinos le dan dos significados, uno de ellos es: Oportunidad. Estoy de acuerdo. También lo están la tortuga y Libra, de hecho, ninguna de estas palabras son mías sino suyas. Quiero que quede claro, no me hago responsable de sus opiniones, incluidas, con las que estoy de acuerdo.
Mientras veía a la tortuga volar he pensado durante un buen rato en la locura, sobre todo, en su dimensión social. Han pasado por mi cabeza informaciones muy diversas: Las guerras del odio y los intereses, personas muriendo de hambre, grandes fortunas dilapidadas y grandes bolsillos llenos de dinero y glamour. También muchas personas llenas de deudas y de angustia… y muchas circunstancias durísimas más. Pasaba cada imagen por mi mente como en un documental y sin darme cuenta he llegado a la última imagen: Personas muy poderosas jugando al Monopoly con las vidas de los demás. He llegado a la conclusión de que estamos todos completamente ciegos o locos. Esto me lo ha dicho la tortuga, al oído, en un susurro, mientras yo ya había desaparecido con rumbo a otro planeta sin oxígeno. Al oír sus palabras he despertado. No despabilado, despertado. He vuelto a ésta nuestra realidad. No es malo hacer un viaje de vez en cuando desde la imaginación. Tampoco bajar de las nubes a la realidad. Esto me lo ha dicho el hada.
La tortuga siempre me dio buenos consejos: Ve despacio, dentro de los límites, sin excesos. Mientras el hada me ayudaba a volar. Curiosos cambios de perspectiva. Creo que no hice mucho caso, vivir en el aire y al límite (incluso un poco más allá) es demasiado atractivo. Últimamente creo haberlo entendido.
Es llamativo como las personas vamos aprendiendo a base de pérdidas, dolor, sufrimiento y muerte. Y a veces, ni así. Supongo que esto es lo que se lleva diciendo toda la vida que es la experiencia. Su resultado es el crecimiento, y en la otra cara, la autodestrucción. El odio, el rencor y la amargura frente al amor, el aprendizaje, el bienestar, la comprensión y el respeto.
Las tortugas vuelan(los burros también) y nosotros también, pero no podemos solos, necesitamos de Libra, el hada, volamos gracias a ella, el problema quizá es que no sabemos aterrizar sin rompernos la crisma o sin rompérsela a los demás.
Cuando vean las noticias hoy o mañana no olviden la C, les ayudará mucho a sentirse bien. Sobre todo cuando les repitan todas las mentirijillas de nuevo. Les invito a que apeguen el volumen o el televisor al completo, cierren los ojos, pongan una buena música y perciban exclusivamente la sensación de estar vivos, completamente vivos. Después… a trabajar en positivo. Esto me lo ha dicho la tortuga y a ella el hada. A mi me ha servido, espero que a ustedes también.

La Casa Blanca

Buscaba una casa antigua con jardín. De esas que emiten sonidos mientras das pasos en el piso de arriba. Las vigas de madera hablan y cada rincón que estuvo habitado, de hecho, a poco imaginar, te transporta a otros tiempos y a otras vidas. Vasos, tacitas de café rotas, camas sin cuerpos llenas de trastos, alacenas con llaves de puertas secretas que ya no existen, armarios con ropas, sábanas y mantas que nadie usa, escaleras que ni se suben ni se bajan, rincones donde el fuego calentaba los cuerpos y el humo desaparecía hacia el cielo, plantas que crecieron descuidadas y en desorden e historias olvidadas.
Recorrió cada rincón y como buen buscador y caminante encontró el aire que llena los pulmones para asentir: ésta es la casa. Son muchas las veces que un grupo de sentimientos se convierten en emociones pasando por la razón(o no) para llegar a la decisión. Al abrir un armario de la planta de abajo encontró un montón de libros de papel amarillento transformados por el tiempo. No acabó de entender como se pueden desprender algunas personas con tanta facilidad de algo tan valioso. Cogió una silla y con una sábana vieja limpió el polvo que los cubría. Se sentó y pasó unas cuantas horas ojeando cada uno de esos libros: mecánica, geografía, novela, filosofía, religión, relatos… Seleccionó tres de ellos y, se le ocurrió en una décima de segundo una idea que le atrajo intensamente: Tratar de reconstruir a través de los libros y de los rincones de aquella casa la personalidad de los que en otros tiempos la habitaron. Sabía que era imposible acertar, pero no pudo evitar intentarlo desde el mundo más imaginario. Sintió la necesidad de volver a dar vida a la casa a través de la rehabilitación de sus muros y el recuerdo de sus antiguos propietarios.
Lo primero fue comprarla y lo segundo ojear todos los libros y leer esos tres elegidos para llenar de contenido la memoria y la fantasía. ¿Qué puede ser más hermoso que construir?: Quizá reconstruir, se dijo así mismo.
Los libros los eligió desde la diferencia: El primero un tratado filosófico y moral del Teólogo Jaime Balmes titulado el Criterio, el segundo La vuelta al mundo de un novelista de Vicente Blasco Ibañez y el tercero una selección de relatos de la famosa revista de la época Reader’s Digest.
Un lunes lluvioso de primavera pagó y firmó la Escritura de propiedad en la Notaría, estaba ansioso por terminar para volver a la casa y recoger aquellos libros para comenzar a leerlos. Así lo hizo.
Nada es más difícil y probablemente más inútil que intentar pensar y sentir como si fuésemos otros. Sin embargo la proyección entre personas es casi inevitable. Se podría decir que pensamos y sentimos desde un epicentro absolutamente egocéntrico. Murmuró en silencio estas palabras mientras un montón de imágenes que se construyeron leyendo y mirando cada rincón de la casa se agolpaban hasta la mayor sensación de impotencia. Después de unas cuantas horas y coincidiendo con la caída del sol tomó una decisión: la mejor forma de dar sentido a la existencia de aquellos que ya no están es dar vida a aquello que nos dejaron.
Miró cada pared, cada estancia, cada viga, cada objeto y construyó en su imaginación lo que iba a ser una estupenda casa, cómoda, hermosa y confortable. Lo que ahora eran paredes sucias y desvencijadas las convirtió en paredes lisas, limpias y bien pintadas, la madera enferma gimiendo de soledad las saneó hasta el placer y la hermosura. Donde había oscuridad abrió grandes ventanales y donde había tierra árida y seca plantó césped, plantas y árboles.
Costó casi nueve meses, como un parto. El día que terminó de rehabilitar aquella casa sintió aquello de lo que se habla tanto y que pocas veces sentimos: Sentido. Todo aquello tenía sentido. Recuperar el pasado, no olvidar a nadie, ni siquiera a esos perfectos desconocidos a los que sintió responder con un respeto casi idílico, seguramente casi como un adolescente por primera vez enamorado. Se enamoró de la vida y posiblemente también de la muerte. Boudelaire decía: “Hay que ser sublimes sin interrupción”. Posiblemente éste fue uno de sus actos sublimes. Al menos así lo percibía él. Porque: ¿Qué es una casa olvidada y vacía o una imagen sin miradas y palabras silenciosas?