domingo, 5 de agosto de 2012

Momentos


Un sonido diario suena lejano, se va a acercando hasta conseguir abrirme los ojos. Al mirar reconozco la habitación donde duermo a diario. Estoy en mi cama, me doy cuenta que acabo de despertar. Físicamente me encuentro como cuando uno vuelve cansado de viaje: Los músculos dormidos, la garganta muda, la boca densa, los ojos hinchados y la cabeza en trance, entre dos mundos distintos. Dormiría unas horas más me digo e inmediatamente asumo que tengo que levantarme, como cada día, como todas las personas que nos sentimos de "bien" asumiendo responsabilidades. Valores que hoy parecen caducos entre tantas mentiras, entre tantos ladrones de sueños, entre borrachos de poder sin amor.
Consigo ponerme en pié pese al peso del sueño o quizá de los sueños no cumplidos, no son pocos o quizá sí, creo que, como la edad en algunas personas, no lo confesaré. Llego al baño y me enfrento al espejo, no es fácil mirarse nada más despertar y en todos los sentidos. Me digo constantemente que el mejor tiempo siempre es el presente, probablemente nunca estaremos mejor que hoy, el mañana trae consigo la decrepitud y sin duda la muerte.
Abro la ventana y entra el aire limpio de la mañana acompañado de algún que otro sonido mezclado entre mecánico y pájaro, los dos a la vez confunden. La confusión y la incertidumbre te suelen acompañar como tu sombra toda la vida. Abro el grifo y me refresco la cara, creo que hoy no me voy a afeitar, no tengo ganas. Me molesta no tener ganas. Al final me arrepiento y lo hago. La espuma cubre parte de mi rostro como una barba postiza, blanca y olorosa, la maquinilla pasa despacio sobre la piel, desaparece el bello en las cuchillas mezclado con el blanco. Limpio y pasada de nuevo, así hasta que termino. La verdad es que uno mejora, nunca he entendido muy buen por qué...
Estoy cansado y todavía no he hecho nada, esto debe tener algún nombre entre galván y su verdadero origen. ¿Acaso sabemos por qué sentimos lo que sentimos o cómo se produce un estado de ánimo, o mejor, cuándo se produce, cómo cambiarlo con eficiencia? Quizá no. Así lo estima mi experiencia y el ojo clínico.
Mientras pasa el agua de fría a caliente busco la ropa que me voy a poner, repaso la lista de eventos posibles hoy y de los niveles de aceptación de una imagen u otra y elijo. Me conviene este pantalón y esta camisa y esta... Y hoy sin lugar a dudas mis calzoncillos verdes de la suerte. Creo que me hacen crecer los huevos y eso muchas veces viene bien. Siempre me ha parecido extraño convenir que nuestros genitales sean la mayor expresión de bravura, cuando es más que probable que estemos hablando de la parte más sensible y débil del cuerpo masculino. Un pequeño golpe y... desaparece Clint.
Consigo ponerme debajo del agua y comienzo a despertar de verdad, lo sé porque una ráfaga larga de pensamientos se amontonan pidiendo turno, algunos incluso árnica. Viva la neuronas vivas, muy vivas. Me seco despacio como comprobando que estoy entero y nada me falta. Respiro hondo mientras me peino y abro el desodorante. Listo.
Me visto empezando por la ropa interior, luego los pantalones, la camisa... y por último los zapatos, cuando entran en mis pies es cuando me siento realmente vestido, los limpio, último toque. Tengo un amigo que define el carácter de las personas a nivel profesional por sus zapatos, desde que me lo explicó me fijo... No concluyo pero no puedo dejar de mirar...
Miro la hora y con tanto romance se me ha hecho tarde, voy deprisa a la cocina, cojo un plátano como todos los días y me lo como rápido...recojo mis trastos y salgo pitando hasta el coche. Lo busco en las zonas habituales y no lo encuentro. Sigo andando y mirando, hace calor ya y es temprano, a lo lejos veo la antena que me lo define, ahí está. Arranco y salgo deprisa, nadie me pisa los talones salvo mi conciencia, me molesta mucho la impuntualidad. La mía todavía más.
Me incorporo a la autovía como todos los días, hoy no sé que me pasa voy común loco, la velocidad me envuelve, tenso y agresivo incluso, no me reconozco, pongo la radio y están explicando lo de siempre y con los mismos argumentos y con el mimos estilo y aconseja la misma ignorancia o quizá son conscientes y solo están prudentemente adaptados. El estómago me da vueltas, de inmediato vomito en el asiento del acompañante.... Paro en el arcén, estoy mareado e impresionado, muy impresionado, nunca me había pasado algo así. Saco un trapo y papel y limpio todo como puedo, arranco, doy media vuelta, he pensado volverme a casa... Siguen insultando a nuestra inteligencia por la radio, la arranco del salpicadero y la tiro por la ventana. Estoy furioso.
Un coche me adelanta con un movimiento brusco y me toca el claxon y me cago en toda su familia, especialmente en su querida mamá, estoy alucinando conmigo mismo. No pasa ni un kilómetro y en el paso cebra me gritan varias personas desde la puerta de un bar de almuerzos... Y me despierto.

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