domingo, 25 de abril de 2010

Historia no es siempre memoria

El paso del franquismo a la monarquía parlamentaria fue unos de los momentos más importantes y posiblemente más inteligentes de la historia de España. La llamada transición, en la que todos los partidos políticos y personas renunciaron a alguno de sus valores por un bien mayor, fue un verdadero éxito gracias a la mayoría. Todos trataron de olvidar las atrocidades de cada bando en la guerra civil y después los excesos y destrozos de los vencedores durante poco más o menos cuarenta años. El modelo fue tan exquisito que han intentado usarlo en diversos países con la intención de conseguir el mismo propósito: Pasar de una dictadura a un sistema democrático sin los ríos de miedo, sufrimiento y sangre intrínsecos a cualquier guerra. No tienen que esforzarse en recordar, desgraciadamente, mientras está usted leyendo y yo escribiendo estas palabras, miles de balas atraviesan cuerpos humanos. Los poderosos de algunos países por avaricia y desamor dan la orden, porque las guerras casi siempre son un negocio. La hipocresía más cruel es cuando, encima, se justifican en nombre del orden y la paz mundial.
En los últimos tiempos la crisis económica a pasado a un segundo plano(a mí me parece curioso tal y como está el “monario”) y el asunto estrella es el juez Baltasar Garzón, sobre todo, con el tema de la memoria histórica y los crímenes del franquismo.
Se monta un circo mediático y político alrededor de éste asunto de dimensiones internacionales. No es para menos porque muchas leyes, todas ellas hechas por los hombres, no contienen precisamente ese ideal llamado Justicia. Y no lo digo por defender, sino por manifestar hechos, a mí entender, obvios y objetivos y que todos, de algún modo, hemos visto ó vivido en nuestro día a día y que nos han dejado estupefactos: el caso de MariLuz, a los poderosos banqueros que en esta última crisis han salido de rositas, o simplemente el vecino de enfrente al que han quitado el piso y será deudor el resto de sus días, pagando una pena superior a un asesinato…
Yo no tengo ni idea si Garzón era competente o no para hacer lo que hizo, pero sí sé que se hacen miles de actos infinitamente repugnantes cada día y nadie paga por ellos. La guerra de Irak es un buen ejemplo, todas las demás también. Mueren miles y miles de personas diariamente de hambre y nadie parece sentirse responsable. Pues yo pondría una querella a todos los responsables de estas calamidades, a todos los estados del bienestar que viven en la abundancia a costa de las riquezas naturales de otros países, a los que se aprovechan de los niños y a los que tapan aún conociendo los hechos, a los que tratan con órganos humanos, a los que comercian con la vida de los demás… A todos les pondría una querella por vía penal y con una indemnización superior al P.I.B de toda la Unión Europea.
Pero no, resulta que el tema más preocupante en el mundo después de la crisis es el juez que va a ser juzgado. Sencillamente porque a algunos les interesa que esto ocurra y lo aprovechan políticamente. No saben, los torpes que denunciaron a Garzón, el favor que le han hecho a nuestros dos partidos hegemónicos. Los dos, en su constante e insultante demagogia han hecho de este asunto un aprovechamiento político. El PSOE preocupadísimo por enterrar a los muertos de las fosas comunes (después de casi treinta años de democracia y habiendo gobernado buena parte de ellos) y los del Partido Popular que aprovechan cualquier cosa para volver al poder y de paso desviar la atención sobre todos los casos de corrupción en los que está envuelto. Aunque en esto, creo, en la historia reciente, no se salva ningún partido.
Este pasado fin de semana he vivido indirectamente de cerca un caso que me conmovió por dos razones, la primera, porque una buena amiga mía, con verdadera vocación y bondad, consiguió hacerse con el último hijo de las fosas que abrieron en su pueblo y, la segunda, porque ese hijo de setenta años consiguió por fin saber donde yacía su padre, y supongo que luego, cuando la ciencia dé el visto bueno, lo podrá enterrar dignamente.
Memoria: Acordarse de ello, tenerlo presente. Histórica: Perteneciente o relativo al pasado.
¿Qué ser humano no tiene presente siempre y hasta su muerte a su familia, quién no se acuerda de los que ya no están y nos dieron la vida a diario?
Una querella para los que están usando los sentimientos y la dignidad de las personas para beneficiarse de un modo u otro políticamente. Considero un delito ver cada día a nuestros dirigentes políticos moviendo la boca con palabras vacías o llenas de lo que conviene, mientras millones de personas los miran pensando: ¿En qué parte del mundo entre la tierra y el cielo viven éstos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario