sábado, 17 de enero de 2015

La magia de después


Me gustan las velas, más me gustan encendidas que apagadas. También me gustan los reflejos de su llama en objetos y rostros. Y también su aroma entre dulce e intenso como el incienso. Los ritos individuales son importantes, quizá porque comunican sentimientos y emociones que los otros lenguajes no alcanzan a expresar. Por eso también me gustan los ritos, también me gustan los ritos porque te unen a tu propia identidad, te reconoces en ellos, te unes a ellos  desde tus deseos, tus gustos y tu libertad. Por eso también me gusta la libertad, también me gusta la libertad porque es original y única, solo cada uno de nosotros tenemos acceso a la nuestra y la podemos usar o no, lo que más me gusta es que siempre está ahí, la noto y cuando algo se nota así es tuyo y se siente como una caricia. Por eso me gustan las caricias, también me gustan las caricias porque encienden la piel y el cuerpo aparece, nos encontramos con él, y es que a veces parece que no tengamos cuerpo y solo se nota todo lo de la cabeza. Me gustan la cabeza y el cuerpo, también me gusta el cuerpo porque parece que es solo mío y los demás me reconocen al verlo y también me gusta la cabeza porque solo yo sé lo que hay dentro, y lo que siente y lo que piensa, y lo que más me gusta es como siempre todo se lo transmite al cuerpo, dándome cuenta o no. El no también me gusta, también me gusta el no porque es muy difícil de pronunciar y me encantan los idiomas que se sienten cuando se dicen, el no es muy reconfortante a veces y muy difícil y tenso otras muchas, el no es capaz de  crear los peores enemigos y los mayores amores. Por eso me gustan los amores, también me gustan los amores porque te sientes querido y valorado cuando emprenden sus ritos, la cabeza y el cuerpo los usan como caricias. Como ya he dicho que me gustan los ritos, la cabeza, el cuerpo, las caricias, el no y la libertad. Sí lo he dicho, también me gusta decir, también me gusta decir porque siento que todo lo que he dicho que me gusta y más que no he dicho lo puedo compartir, los ritos, las caricias en la palabra, la cabeza en la palabra, el cuerpo en la palabra, el no y la libertad en la palabra. Por eso me gusta la palabra, también me gusta la palabra porque me permite pensar, porque puedo ponerle nombre a todo, porque de sus significados y de sus significantes aprendo lo que pasó y también retratan la belleza. La belleza me gusta, también me gusta la belleza porque me hace sentir bien y consigue en mi rostro una sonrisa. La sonrisa me gusta, también me gusta la sonrisa porque los ojos brillan contentos y se contagia a través de las neuronas espejo. Los espejos me gustan, también me gustan los espejos porque te reflejas en ellos y sabes distinguir quién eres y porque si te miras a lo más hondo de tus ojos con la mayor objetividad y sin miedo puedes comprender los maravillosos porqués, aquellos incluso que te harán más daño pues pueden conseguir que veas desde tus partes más hermosas hasta las más difíciles de aceptar, los errores, los fracasos, la debilidad. Me gusta la debilidad, también me gusta la debilidad porque es como una cuerda  que suena vibrando en las entrañas, haciéndote recorrer caminos muy semejantes a los demás y eso te ayuda a tener perspectiva. La perspectiva es muy importante porque dependiendo desde donde miras lo que ves se convierte en una cosa u otra y además muy distintas, incluso contradictorias.
Me gustan los ritos sociales, también me gustan los ritos sociales porque consiguen sacar lo peor y lo mejor de nosotros mismos, por eso tienen magia, aunque la solemos ver después, en un tiempo posterior, como tantas otras cuestiones importantes que solo alcanzamos a valorar cuando las tenemos y nos damos permiso para disfrutarlas o solo cuando las perdemos. También me gustan los ritos sociales porque juegan con el tiempo como si fuesen dos niños y porque para mal y para bien nos recuerdan cuánto nos necesitamos los unos a los otros. Me gustan las necesidades, también me gustan las necesidades porque nos hacen seres muy vivos en constante búsqueda y porque nos obligan a vivir tratando de encontrar lo que cada uno cree necesitar en cada tiempo o circunstancia. 

Me pregunto si son ritos sociales en nuestra cultura, las Fallas en Marzo, las Pascuas en primavera, el agua dulce y salada y el sol y las Fiestas en verano, la reflexión y el nuevo curso en Otoño, la Navidad y el Año Nuevo en invierno y los Reyes Magos antes de la rebajas. Me gustan las rebajas, también me gustan las rebajas porque todas las cosas cuestan menos.


Me gusta la magia, también me gusta la magia aunque casi siempre llega después, me gusta incluso cuando aparece demasiado tarde y se escapa como el agua entre los dedos al lavarnos las manos, todo parece y se siente tan limpio…

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