“Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.” Ernesto Sábato
“No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda.” Anne Frank
“El conocimiento de la belleza es el verdadero camino y el primer peldaño para la comprensión de las cosas que son buenas.” John Ruskin
“La belleza se define como la manifestación sensible de la idea.” Friedrich Hegel
“La belleza es una carta de recomendación que nos gana de antemano los corazones.” Arthur Schopenhauer
La belleza de Buñol tiene distintos y distantes escultores, la naturaleza es la gran maestra, un valle entre montañas, barrancos serpenteantes, charcas y charcos, fuentes en el curso del agua, tierras en las que los árboles, arbustos y plantas nacen y crecen tranquilamente. Y los animales nacemos, crecemos, vivimos y morimos, no así las rocas y estratos que cambian sus formas a lo largo de los siglos, ruedan, se descuelgan y se transforman. La naturaleza está en constante movimiento, casi imperceptible para el ojo humano. Al nacer nos encontramos con ella y los más afortunados antes de morir la conocen y la disfrutan. No todos conocen bien la naturaleza de Buñol y su entorno. Hay a quienes les gusta triscar por el monte y hay a quienes no. Aún así sus beneficios, su cuidado, lo disfrutamos todos, incluso aquellos que no son conscientes de su esencial valor para nuestras vidas.
De la naturaleza pasamos a la cultura(un buen profesor me enseñó que natura es lo contrario de cultura en latín, del origen de las palabras se pueden intuir muchas cosas…). En la cultura siempre está presente la mano del hombre, tanto para bien como para mal, como todos sabemos. La cultura no es solo el arte, el cine, la música, las religiones… es mucho más, es todo aquello que no es naturaleza.
Fueron nuestros antepasados los que fueron construyendo con sus manos y su ingenio, cada piedra, cada calle, cada casa, cada edificio público, cada plaza, cada fuente, incluso cada alcantarilla. Todo lo que es Buñol, desde el Castillo, pasando por los canales de riego, las hormas de piedra, las aceras, los muros, los sintos, los lavaderos… todo aquello que vemos a diario y nos parece que siempre estuvo ahí, y es verdad estuvo ahí durante toda nuestra vida, solo que no fuimos nosotros los que lo construimos.
Nos encontramos un Buñol al nacer cada uno de nosotros, y a través de nuestras percepciones, construimos cada emoción y cada sentimiento que se pega a la belleza. Estoy seguro que hay muchas semejanzas en lo que nos gusta de Buñol, pero cada uno de nosotros, en nuestras circunstancias históricas, nos quedamos prendados de un cúmulo de experiencias que son las que conforman el amor hacia nuestro pueblo, incluso el odio, en algunas partes o casos.
No somos el ombligo del mundo, aunque cuando oyes a algunas personas hablar, la mayoría de veces desde el bienestar, lo parece, como si no hubiese una tierra como ésta, y probablemente es verdad, pero no porque sea la mejor, sino porque es la nuestra. La mamamos en cada uno de sus días, en cada uno de sus momentos felices o tristes, de ganancias o de pérdidas. Con nuestra gente.
La belleza de Buñol se ha construido a lo largo de su historia, es una herencia en su mayoría, y como todo el que recibe sin esfuerzo es posible o probable que no seamos, a veces, capaces de valorarlo. Sobre todo cuando ve uno algunas calles y parques llenos de mierdas de animales que tienen necesidades naturales, y sus compañeros humanos parece que no asumen sus responsabilidades, cuando revientan una papelera o una farola, cuando se roba todas las hermosas luces del parque fluvial a los tres días de inaugurarlo, cuando no se limpia la calle, aunque sea nuestro trozo como siempre se hacía en otros tiempos, o cuando vemos flotar latas, papeles, envoltorios, deshechos, en nuestros hermosos parajes. Vivimos la mayoría de cara hacia dentro, como si lo de fuera, lo de todos, nada tuviera que ver con nosotros.
Se gana y se pierde con tanto progreso, me recuerda una frase que alguien me dijo mientras lloraba de rabia, de amor, de frustración y de impotencia: Lo seres humanos damos dos pasos para adelante y uno para atrás, dos pasos hacia delante y uno hacia atrás. Hace mucho de eso, relativamente, y cada experiencia que ven mis ojos parece corroborarlo. Estamos educados, la vida está construida para ser vivida así. Ni siquiera sé si es malo o bueno, si es positivo o negativo, pero sin duda sé que si no participamos todos en construir nuestro pueblo nada cambiará o muy poco, dos pasos para adelante y uno hacia atrás, a veces creo que son más para atrás, quizá solo sea una sensación subjetiva, pero cuando era niño recuerdo como los balcones estaban llenos de macetas y flores, era raro no ver el color o la pintura en las fachadas, ahora lo extraño es ver un balcón con flores, por ejemplo.
La belleza de un pueblo se construye entre todos, es importante no olvidarlo. Mañana cuando me levante iré a comprar unas macetas y en vez de ponerlas en el corral, las colocaré en el balcón. Quizá solo sea un símbolo, un pequeño gesto, aún así, si todos lo hiciéramos, en un día, Buñol acumularía mucha más belleza. La belleza de Buñol, como tantas otras cosas, las más importantes, dependen de todos. No lo olvidemos, de amor también se muere.
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