domingo, 19 de julio de 2009

करता सर्रादा अल औटर देल तेक्स्तो: सेर्विर य Proteger

“Demagogia: (Del gr. δημαγωγία) 1.f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular. 2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder”.

El pasado número de ésta revista se contestó soslayada y anónimamente, al abrigo del colectivo de funcionarios de la Policía Local (muy inteligente por parte del autor), a un artículo de opinión que escribí hace un par de semanas titulado: Buñol no es Nueva York y que se publicó como es habitual cada quincena en estas páginas.

Al final del artículo se me cataloga- el autor desconocido… evita mi nombre aún utilizando frases entrecomilladas de mi propio escrito- de de ser un demagogo y de hacer una crítica fácil, de ahí que la introducción a este texto sea la definición de la R.A.E. del término con el que me adjetiva.

Aún estando de acuerdo con algunas de sus tesis, no voy a aceptar su evidente menosprecio, por lo tanto y después de meditarlo, me veo en la obligación, por evidentes alusiones y adjetivos que no voy a tolerar, a contestar y aclarar-aunque no lo merece- el contenido de sus palabras.
Nada más lejos de mi propósito que hacer daño a nadie y menos al colectivo de la Policía Local, en el que, como ya dije entonces, tengo amigos e incluso familiares. Mi intención, sin más, fue la de opinar sobre puntuales hechos, repito, hechos, que al presenciarlos me desagradaron. Los provocaron algunos policías locales, con nombres y apellidos, si los conociera o quisiera conocerlos hubiese escrito sus nombres. Una opinión sobre unos hechos no es demagogia. Por supuesto que todas las opiniones son subjetivas, nadie está en posesión de la verdad, pero los ciudadanos tenemos derecho a opinar, la libertad de expresión está vigente en España mal que le pese a algunos.
En el artículo anterior fui excesivamente suave, precisamente por respeto a los demás policías y porque soy consciente de la responsabilidad que entraña este cargo. Ésta vez, aún siendo respetuoso, no voy a ser tan delicado.
Demagogia precisamente es lo que ha hecho el autor del texto. Decir que todos somos ciudadanos con los mismos derechos y que las actuaciones de todos los agentes pasan por las normas, lo difícil que es su trabajo y los peligros que nos evitan. Y en esto, estoy de acuerdo. Y que seguirán trabajando en Buñol y por Buñol. Más toda la parafernalia obvia… Pero le recuerdo, porque parece necesario, que es la profesión que ha elegido, que cobra por ello y por lo tanto es su obligación. Aún así me sumo a los agradecimientos. Pero no he visto ni una sola oración que contenga un ápice de autocrítica o una mínima reflexión sobre la posible verdad de lo expuesto. Simplemente: Qué va a decir un ciudadano cuando lo multan… “su acera diría él”. ¿Me podría explicar entonces por qué en el siguiente tramo de la “Cuesta Roya” se puede aparcar en la acera, o por qué no colocaron los pivotes en el paso de cebra y punto, cuando sabe y afirma que es un verdadero problema el aparcamiento en todo el pueblo, o por qué en vez de juzgar a priori al ciudadano con un aparcamiento incorrecto que según usted dice “de segundos claro como siempre” no comprueba si tiene o no tiene razón?

En cuanto a mi afirmación sobre que el policía “era de fuera” su sentido no era otro, puesto que nada tengo en contra de nadie por su lugar de nacimiento, que el de considerar la falta de conocimiento sobre las personas, sus circunstancias y de ciertas idiosincrasias propias de Buñol. Vamos, tan sencillo, para que lo entienda, si hubiese sido un policía de Buñol no me hubiese puesto la multa, por puro sentido común. De hecho existe un rumor que circula por la población al que no me atrevo a sumarme, de ninguna prueba dispongo y me parece demasiado fuerte, que afirma que se están utilizando a los policías que no son de Buñol para hacer los trabajos, vamos a decir, menos populares. Le informo, por si fuese de su interés.

El que sigue mis escritos o me conoce, sabe perfectamente, que no es mi costumbre la crítica fácil, de hecho de los más de cien artículos que llevo publicados en TU COMARCA.COM no habrá ni cuatro que se dirijan a algún grupo en concreto, porque no soy amigo de hacer enemigos y en este pueblo no se por qué cuando uno da su opinión y toca algún resorte que molesta a otro automáticamente se crea un enemigo. Ahora bien, esto, en mi caso, no va evitar que opine sobre lo que crea conveniente. Libremente, siempre intento, no se si lo consigo, invitar a la crítica y a la reflexión con un claro propósito constructivo. Le pondré un ejemplo, imagine que tengo un especial aprecio por el actual Alcalde de Buñol, Fernado Giraldós y de un modo personal. Cree usted que no tengo derecho, en su acción política, a transmitirle o comunicar mi opinión crítica cuando creo que algo no está bien hecho o por hacer. Pues tengo derecho, yo y cualquier persona, y a eso se le llamo en democracia: madurar. “No te fíes del que siempre te halaga”. Tengo la ventaja de tener amigos en todos los partidos políticos y sindicatos y no pertenecer a ninguno, por lo que, y volviendo al principio, no necesito “ganarme el favor popular” y además no soy “político”. Por lo tanto la demagogia no sirve para calificarme, probablemente a usted, autor del texto, sí le pueda servir en el ejercicio de su cargo.

Y ahora, autor desconocido del texto, ya que según usted todo es tan maravilloso y la norma y la ley está por encima de todo y todo se hace tan bien… por qué no audita y enseña públicamente cuantas multas se han impuesto a un solo familiar directo de cualquier policía local(le llevará poco tiempo y además me perece de sentido común), o por qué no da la cifra del incremento o disminución en los últimos seis meses y con respecto a los del año pasado en la recaudación por multas, o por qué en vez de publicar una carta abierta a un ciudadano que simplemente da su opinión no escribe denunciando todas las carencias que hacen de su trabajo un “sudoku” y exige a los gobernantes que los resuelvan para no crear en el ejercicio de sus responsabilidades tantas complicaciones. Su tiempo, que pagamos todos, estaría mejor aprovechado. El mío, es tiempo de ocio y lo dedico a lo que más me gusta.

Para terminar, como verá he titulado “Carta cerrada…” porque no tengo ningún interés en seguir con esta controversia, por ello de nuevo le reitero, por si no le ha quedado claro, mi respeto por el cuerpo de funcionarios de la Policía Local como institución y espero que pueda conseguir desde su cargo el fin que pretende: “Servir y Proteger”. Y espero repito, que lo consiga con la sana aplicación del Sentido Común. A mí, personalmente, me gustan más los objetivos: RESPETO Y CONSIDERACIÓN, requieren menos hipocresía.

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