viernes, 27 de enero de 2012

El Castillo se Vive



Ayer disparé a un Rey malvado desde la torre de mi Castillo.
Ayer, hace treinta y seis años.
Después de vencerlo salté de la almena a las escaleras y vi volar a una gaviota perdida.
Suelo mirar atrás a diario por si
encuentro a aquel niño emocionado
intrépido y de ojos grandes.
Saltaba de sol en sol y dormía de noche en sueños no enjaulados.
Esta mañana tibia de invierno
han sonado sus pasos en mis oídos
mientras acariciaban mis mejillas unos dulces rayos
de sol con la intuición de quien ama y es amado sin dudas.
Otra vez he sonreído al escuchar el chasquido de su corazón inquieto, justo antes de dar el salto.
Y he escuchado el disparo que hace desvanecerse ante mis ojos todo lo que puede doler o duele.
Matar, soñar, vivir y morir... todo dentro de uno.

Cuando era niño el Castillo de Buñol no era un conjunto de edificaciones históricas que había que conservar y recuperar, sencillamente era un barrio más de nuestro pueblo, en su interior había casas donde hoy hay plazas y personas que construían su vida con sus familias tranquilamente. Siguen algunas de ellas habitadas y viviendo sus vidas en un monumento histórico con absoluta normalidad. Ahí han vivido siempre, es su barrio, es su hogar. El Castillo de Buñol tiene esta peculiaridad, que por una parte ha frenado el desarrollo hasta convertirse en un auténtico monumento y por otra le ha sumado esa solera que solo el pasado y la circunstancia pueden dar. Lo bien cierto es que la mayoría de los Castillos españoles no contienen casas habitadas o si las tuvieron las han eliminado del todo. Esto no tendría sentido en Buñol, a mi entender, es justo esa singularidad la que aporta un valor añadido, con sus matices evidentemente. Siempre he pensado y dicho que una casa, parque, casica monte, es decir, todo lo urbano, carece de sentido sin personas y todo lo que representan. ¿Se puede tener una casa o... vacía, pero de que sirve? Alguien que no recuerdo dijo que “el valor de las cosas está en su uso” y en el caso que nos ocupa tendría mucha razón. Y en muchos otros como parques y jardines... etc.
El Castillo de Buñol no tiene pocas objeciones en cuanto a su accesibilidad y precisamente por ello necesita más que cualquier otro lugar más “amanoso” una plan consensuado que claramente lo dirija hacia la actividad y los servicios diarios si es que queremos atraer a las personas hacia su uso. Cosa que entiendo primordial para que de una vez por todas las grandes cantidades de dinero que se necesitan desde lo público no sean el freno para su desarrollo. Pero primero hay que ajustarse a un plan sensato, sereno y claro que afronte todas sus líneas de desarrollo: Tiendas de artesanía, servicios de restauración y hostelería, pinacoteca municipal(es posible que en el Molino Galán sea un lugar más adecuado no estoy seguro, de lo que sí que estoy seguro es que decorando paredes en los despachos y pasillos del Ayuntamiento no atraen a nadie y de poco sirven la cantidad de cuadros y de auténticos artistas consagrados como Antonio López y que solo unos pocos puedan ver), exposiciones de todo tipo(fotografía, escultura, artesanía, antigüedades, motos...) permanentes e itinerantes y una programación anual coordinada con todas las áreas municipales.  Algo que aunque parezca mentira todavía no se ha conseguido, sencillamente ocurre que en una semana  hay tres actos y las siguientes tres ninguno. Creo que hay que hacer apuestas multiplicadoras para poder a traer a todo tipo de público, a todo tipo de gustos y mejorar notablemente la planificación, la coordinación y la comunicación en nuestro municipio. Este papel les toca a nuestros políticos en vez de estar a la greña en campañas absurdas unos contra otros que solo consiguen que el poco tiempo del que disponen y el esfuerzo del concejal esté más tiempo dedicado a ver que encerrona le preparan que a pensar, unir fuerzas y construir. Lo malo es que llevamos muchos años así y esto no tiene pinta de cambiar. “Entre todos la enterraron y ella sola se murió” desgraciadamente.
En una época como la actual, en la que el trabajo y las oportunidades escasean, un plan integral turístico y de actividades en el Castillo sería una buena fórmula de alentar a los emprendedores, que los hay, a instalarse en nuestro principal monumento con un mínimo de seguridad, para conseguir un doble fin que el Castillo se Viva de verdad y aprovechar su belleza e historia en pro de la economía local y las personas sin colocación, especialmente jóvenes.
No digo que sea fácil, ni que no necesite grandes esfuerzos de trabajo y de financiación, pero sinceramente lo creo posible, como tantas otras cosas que se necesitan desarrollar activamente en Buñol, una de ellas sin duda es el edificio del Molino de Galán. La Biblioteca esté fomentando lecturas, presentaciones, recitales, etc pero se necesita una cafetería por ejemplo y otros reclamos para que las personas se interesen por los lugares realmente auténticos que tenemos en Buñol, que no son pocos.
Solo tenemos que hacernos una pregunta para encontrar la respuestas: ¿Cómo podemos crear unas infraestructuras y servicios permanentes económicamente sostenibles que consigan hacer atractivo quedarse o venir a Buñol?
Seguiremos.

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